Juan Gabriel Fernández, solo saca raja política en el tema de los comerciantes

No cabe duda de que algunos politiquillos lo único que buscan es tratar de sobresalir de cualquier modo para hacerse notar. Así lo deja ver el regidor décimo de Xalapa, Juan Gabriel Fernández Garibay, quien se pone más papista que el Papa a la hora de disque defender a los empresarios, en este caso a los comerciantes de bebidas alcohólicas y dueños de antros, restaurantes con chupe, cantinas y similares, cuyas ventas y horarios se redujeron con las medidas propias de la emergencia sanitaria que vivimos por la pandemia de Covid-19.

Ahora, para no variar, salió con que la Ley Seca está mal planeada y pone en desventaja a quienes cumplen con la ley, frente a las prácticas de comercio clandestino y la holgura que se ha mantenido en municipios vecinos respecto de la venta de bebidas alcohólicas.

Habrá que recordar a este personajo que la restricción en los horarios y venta de alcohol en Xalapa respondió no sólo a la necesidad de quedarse en casa y evitar la congregación de personas en restaurantes, bares y cantinas, que por su naturaleza carecen de condiciones sanitarias ya no digamos adecuadas, sino en muchos casos hasta las básicas.

De igual manera, la idea fue proteger la convivencia familiar, pues al quedarse las familias en casa se puso de manifiesto la dificultad de la convivencia obligada y aumentaron los casos registrados de violencia contra las mujeres e incluso los hijos.

Claro que esto parece importarle un carambas a Fernández Garibay, quien antepone los sacrosantos intereses económicos de los sectores que dice representar al bienestar de la sociedad xalapeña. Algo normal en estos tiempos electorales, cuando todos los burros quieren tocar la flauta.