“La batalla de Totoapan”

+Hoy es otro aniversario de una victoria mexicana sobre los invasores franceses.

Historias y tradiciones de Veracruz

REDACCIÓN - 2021-10-20

Es la mañana del 18 octubre de 1863, cerca del arroyo de Totoapan, junto a la ciudad de Cosoleacaque, en el sur de Veracruz, las tropas mexicanas del regimiento bajo las órdenes del teniente coronel Francisco P. Carrión se mueven aprisa para tomar sus posiciones…

Esperan sorprender y derrotar a un contingente de soldados franceses proveniente del ejido Tacoteno de la vecina Minatitlán, donde tienen su cuartel local…

Era la difícil época de la invasión europea, que puso a un extranjero en el poder, al austriaco Maximiliano de Hamsburgo, quien vivía en su palacio de Chapultepec en la ciudad capital.

Los franceses invadieron Minatitlán desde el río Coatzacoalcos y luego se establecieron en los terrenos del cruce de caminos del ejido Tacoteno, que controlaba las rutas terrestres del centro del estado hacia Tabasco y Chiapas…

El abrumado ejército tricolor hizo lo que pudo ante la enorme superioridad de las armas rojiazules…

Solo puede oponerles: el conocimiento del terreno, la astucia y el arrojo…

Por esta vez las circunstancias los van a favorecer, de los casi 400 soldados acantonados, el coronel Legard manda a su teniente Duboscq con casi 200, a perseguir a unos “indios alzados” que con machetes, lanzas y flechas se habían acercado a su cuartel a provocarlos…

No sospecha nada malo, no recela de esos advenedizos que huyen al verlos, los subestima y comete un grave error...

Decide darles una lección, los persigue y así cae en la trampa del sagaz coronel Carrión quién cuenta con casi 300 hombres (entre soldados e indígenas de los pueblos aledaños).

Entre las armas que se llevaron los galos había un pequeño cañón, los mexicanos no tienen más que machetes, flechas, lanzas, palos, varios rifles y pistolas.

Al llegar los francos a un barranco por el viejo camino real, de pronto se suelta la balacera, varios de ellos caen heridos o muertos...

En seguida se resguardan, responden y ponen a funcionar el cañón con el que atacan a los mexicanos, sin embargo su situación es mala ya que están al borde de un precipicio no muy profundo, que es atravesado por el cauce del arroyo…

La batalla se intensifica, pasan los minutos y poco a poco la balanza se empieza a inclinar del lado de los galos, pero el cañón cae al fondo del barranco…

En el fragor de la lucha, el osado teniente mexicano Manuel Rosso con sus granaderos del batallón “Zaragoza” y otros combatientes del lugar, al parecer entre ellos el mítico Martin González (que usó una lanza para pelear), cargan y logran arrebatarles el cañón a los franceses…

En la atrevida acción muchos mueren o resultan heridos, pero logran su cometido y con muchos esfuerzos lo ponen de su lado…

En seguida lo comienzan a disparar sobre los sorprendidos franceses, quienes medio resisten pero no pueden soportar por mucho tiempo sus andanadas de fuego y metralla, empiezan a ser despedazados…

Finalmente el teniente Duboscq, que también era oficial de la famosa legión extranjera, cae fulminado por una bala, lo que propicia la retirada desordenada de los sobrevivientes galos…

La batalla ha concluido…

Las valerosas fuerzas mexicanas se han cubierto de Gloria, en el mismo campo de batalla, tanto el valiente teniente Manuel Rosso, junto con su bravío sargento Pedro Vidal, fueron ascendidos a Capitán primero y Teniente, respectivamente…

Años más tarde, durante el siglo 20, los pobladores de Cosoleacaque iniciaron festejos cívicos para rendir honores a los héroes de esa batalla…

En Minatitlán una de sus principales avenidas y además una venerada escuela se llaman: “18 de Octubre de 1863”.

Con esta atrevida acción y otras similares en otras partes del país, lenta pero inexorablemente las fuerzas nacionales bajo la dirección del presidente Benito Juárez, empiezan a derrotar a los extranjeros europeos hasta que logran su rendición total y el fusilamiento de sus jefes: Maximiliano, Miramón y Mejía, en el cerro de las Campanas de Querétaro pocos años después.

Solo resta decir que nunca más México ha vuelto a ser amenazado ni invadido por nadie, nuestro país ha permanecido libre e independiente hasta hoy y es respetado por las demás naciones del mundo…

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