Batalla del #5deMayo: Lo que no se dice en el festejo
+ Un vistazo más amplio a los acontecimientos posteriores podría sorprender a más de un mexicano, ya que meses después el ejército francés pudo reorganizarse y entrar victorioso hasta a la capital del país
Nacionales
Agencias - 2014-05-05
Todos hemos escuchado la patriótica versión de que las huestes mexicanas conducidas por el general Ignacio Zaragoza infligieron una humillante derrota al ejército francés, el más poderoso del mundo en esos tiempos, el 5 de mayo de 1862 en la gloriosa Batalla de Puebla.
Esto es una verdad histórica, si exclusivamente se toma como referencia lo ocurrido esa mítica fecha. Sin embargo, un vistazo más amplio a los acontecimientos posteriores podría sorprender a más de un mexicano, ya que meses después el ejército francés pudo reorganizarse y entrar victorioso hasta a la capital del país.
El episodio histórico de la batalla del 5 de mayo en Puebla está enmarcado en la llamada Segunda intervención francesa en México, que dio inicio cuando en 1861 el gobierno mexicano (encabezado por el presidente Benito Juárez) inició una suspensión de pagos de la deuda externa.
Las potencias acreedoras: Francia, Reino Unido y España formaron una alianza en la Convención de Londres y organizaron un proyecto bélico para presionar a nuestro país.
En respuesta, el gobierno de Juárez derogó la Ley de Suspensión de Pagos, pero la triple alianza no abandonó su plan y las tropas de los tres países llegaron a Veracruz en 1862.
Tras las primeras negociaciones con el gobierno de México, las misiones inglesa y española decidieron volver a sus costas, pero los franceses anunciaron sus intenciones de ocupar México.
Bajo el mando del general francés Charles Ferdinand Latrille, el 5 de mayo de ese año los invasores franceses atacaron Puebla, pero fueron derrotados por un ejército conducido por el general Ignacio Zaragoza, conformado por poco menos de 6 mil hombres, de ellos sólo un tercio eran militares entrenados y el resto solamente eran reclutas y voluntarios.
Tras esta primera derrota, las tropas invasoras se replegaron hasta Orizaba, se reorganizaron y se fortalecieron hasta contar con 30 mil efectivos.
Los franceses volvieron al ataque y se enfrentaron de nuevo al ejército mexicano en Puebla en marzo de 1863. Los invasores tomaron la ciudad y siguieron su avance hasta la capital del país, que fue tomada el 7 de julio de 1863
Este escenario obligó al gobierno de Benito Juárez a emprender la huida e iniciar un forzoso peregrinaje que propiciaría el episodio histórico conocido como el Segundo Imperio en nuestro país.