#AsuntosPúblicos: CUITLÁHUAC, EL CANDIDUARTE

La trama aún no resuelta de la elección para Gobernador del Estado ha tenido varios giros inesperados, el más reciente, la revelación del verdadero candidato del gobernador Javier Duarte: nada menos que Cuitláhuac García, candidato de Morena, de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y también del gobernador saliente.

Al menos es lo que ya se concluye abiertamente a partir de los hechos y juicios conocidos.
Sabido el tortuoso y extravagante manejo de su política de alianzas electorales (incluso ahora se ha establecido que financió la campaña a senador por el PAN de Fernando, el hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, en un pacto con éste), no se duda de que en la actual elección en la que se juega sus lonjas, que no pellejo, dada su cola de corrupción, haya pactado con AMLO y su pelele Cuitláhuac.

Aunque desde el año pasado fanfarroneaba en privado que tendría un acuerdo electoral con AMLO, suponía entonces que sería Rocío Nahle la candidata de Morena, un indicio público lo dieron la semana pasada los de la coalición PAN-PRD; presentaron el audio en que se escucha al secretario del Trabajo, Gabriel Deantes –el operador electoral de Duarte– en su lenguaje fálico, pedante y tabernero, exponer la conveniencia de “acercarse un poquito a Morena” y darle posiciones a López Obrador; en cambio para el PRD, receta “traerlo a vergazo con fiscalización”.

Asimismo era sintomático que en la campaña electoral López Obrador, quien actúa como si fuera candidato, enfocara preferentemente su ataque contra el candidato del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares. Otra pista del pacto era que la comunicación social de Duarte, que no le sirve para detener la golpiza por sus yerros y corruptelas, sí estuviera alentando y amplificara el supuesto crecimiento electoral de Cuitláhuac y Morena para fijar la percepción de que habría una intención de voto “terciado”.

Pero lo que no se esperaba es que Héctor Yunes Landa, candidato del PRI a gobernador, se manifestara convencido de que el actual gobernador Javier Duarte que milita en su partido le estuviera jugando las contras en un pacto con AMLO y Cuitláhuac García.

Visitas a la Casa veracruz

Van dos días consecutivos que Héctor Yunes lo señala. Lo soltó el miércoles en una entrevista para la estación de radio de MVS y lo reiteró ayer en Amatlán de los Reyes: el candidato de Morena, Cuitláhuac García, es un visitante asiduo de la Casa de gobierno, la residencia de Javier Duarte, donde sostiene pláticas con él. Y apunta la complicidad y cooptación, “sé que sale muy contento de ahí, entra en vehículos, se ve que sale con más peso –seguramente porque comieron algo”. De López Obrador, refiere que “ha sido muy atento con el gobernador de Veracruz (salvo ahorita –luego de oír una grabación– que dijo la palabra corrupto), él ha sido muy cálido, como que traen ahí algunas platicas, eso es algo que se percibe, “…Cuitláhuac ha sido bien visto y ha sido bien tratado por el gobierno de Veracruz, particularmente por el gobernador Javier Duarte; eso todo mundo lo tiene claro acá”, sostuvo. Hay un tufito de eso (de un acuerdo entre AMLO y Duarte).

Más directo ayer, Héctor Yunes reconoció preocupación de que haya un impulso desde el gobierno del estado a la campaña de Morena, dijo no entender la postura del gobernador Duarte, que no espera que éste apoye al candidato del PRI, sino que cumpla con su papel de gobierno, lo que le preocupa dijo es “tanta cercanía de Morena y que se presume un apoyo para ellos, para concluir que Cuitláhuac es el candidato de Javier Duarte, el verdadero candiduarte, con el que busca lograr la impunidad que no le garantizan ni Héctor Yunes Landa del PRI, ni Miguel Ángel Yunes Linares del PAN-PRD.

Seguramente la traición de Duarte ya se conoce en la esfera política federal. A ver si no lo llaman a cuentas de la Secretaría de Gobernación o del CEN del PRI. Está tan embarrado que ya extravió el rumbo.

De las empresas fantasmas, el peculado real

El fraude documentado por el grupo informativo en red Animal Político en las compras amañadas del gobierno de Javier Duarte, por 645 millones de pesos, a través de empresas fachadas y socios ficticios en beneficio de la camarilla, por ahora es sólo un escándalo de corrupción, pero tarde o temprano tendrán que rendir cuentas.

Mientras que el análisis de los documentos y la forma de la operación indica claramente la maquinación para apropiarse ilegalmente de fondos públicos, la comunicación social de Alberto Silva fabrica noticias incapaces de refutar la participación delictiva de la banda duartista.

Están directamente implicados en los desvíos el mismo Alberto Silva y Vicente Benítez, secretario y subsecretario de Desarrollo Social en el periodo 2012-2013, cubierto por los contratos fraudulentos, Édgar Spinoso, Oficial Mayor de la SEV y Tarek Abadalá, director del DIF estatal. Y esa muestra de contratos es apenas un botón.

Como no saben de dónde les llegó al golpe, si vino de la Secretaría de Hacienda o no, en su paranoia sospechan de algún delator de la banda ampliada que rivalizaría ahora con la recomposición del clan en declive. Lo cierto es que les agarraron con las manos en el cajón del dinero público. No pueden salir sin vómito negro (su pérdida del sentido de realidad apuesta a que AMLO y Cuitláhuac los perdonarían).