Bloqueos de CNTE dejan a Oaxaca sin arroz, leche, pan...
+La CNTE hunde a Oaxaca en 11 días
Nacionales
La Razón - 2016-06-23
Su cara de asombro lo decía todo. Rosa María Sánchez, originaria de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca, miraba de arriba abajo, con ojos de plato, los anaqueles vacíos. Se agachaba y removía bolsas, buscaba entre cajas vacías algún producto en uno de los supermercados de la capital oaxaqueña. Nada.
Caminó algunos pasos y el panorama era el mismo. Estantes vacíos donde hace un par de semanas había granos, aceite, leche e incluso pan de marcas internacionales. “¿De verdad tan seria está la cosa?” se preguntaba en voz alta. Alguien a su lado contestó: “Sí, los camiones con mercancía no pueden pasar desde hace 10 días y se están acabando las cosas”.
Todo por los bloqueos en distintos puntos de las ocho regiones de Oaxaca, hasta 37 por día según el gobernador Gabino Cué, que mantiene la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que impiden la entrada de mercancías, valores y personas.
“Estos puntos comunican a la entidad con la Ciudad de México, así como los estados de Puebla, Veracruz, Chiapas y Guerrero, provocando al transcurrir los días, un severo desabasto de alimentos, medicamentos, combustible e insumos para la operación del aparato productivo de nuestra entidad”, dijo Cué. Se reportan pérdidas por mil 700 millones de pesos
El panorama en muchas de las tiendas de Oaxaca es como lo pintó Cué: aparadores vacíos. Los gerentes de dichas tiendas advierten una crisis.
“Lamentablemente los bloqueos nos están dejando sin mercancía, quizá no se ha querido decir abiertamente para no alarmar a la población, pero unos días más y las compras de pánico nos van a dejar prácticamente vacíos”, comenta uno de los encargados de un supermercado en la entidad.
“Me habían dicho que era posible que se escasearan las cosas, no es posible que tengamos que sufrir así, nosotros qué culpa tenemos”, exclama Rosa María, parada frente a un estante de aceite que advierte que cada cliente puede comprar “Máximo cinco piezas”.
Al desabasto hay que añadirle el daño económico en la entidad por los métodos de la CNTE: por el plantón de maestros los hoteleros han perdido 150 millones de pesos y los restaurantes, 28 millones en un mes, es decir, 800 mil pesos diarios.
Además, los bloqueos impiden el tránsito de camionetas de valor, lo que ya generó escasez de efectivo, por lo que hay imposibilidad de pagar nómina y salarios.
Golpe a los más pobres… Aunado a ello, en todo el estado hay más de mil 850 tiendas Diconsa, que atienden a más de un millón y medio de oaxaqueños, que no han podido surtir los productos de la canasta básica que vende a bajo precio para beneficiar a las familias pobres.
José Antonio Meade, titular de la Sedesol, exhortó a que no se detengan los servicios básicos y llamó a “salvaguardar que cualquier tipo de inconformidad no se haga a costa de quienes dependen de estos servicios”. Esto debido a que está afectada la operación en 22 de los 30 centros de distribución que hay en Oaxaca, aunque afortunadamente ni las tiendas ni camiones han sufrido saqueos.
La CNTE hunde a Oaxaca en 11 días
Por, Rubén Cortés
La insurgencia de la CNTE hundió a Oaxaca en los últimos 11 días a niveles más dramáticos que los seis meses de destrucción de la APPO hace una década, con bloqueos carreteros en 37 puntos de las ocho regiones del estado.
Esto provocó el desabasto total en mil 800 tiendas Diconsa, que surten de maíz, arroz, harina de maíz, azúcar y frijol a la población más pobre del estado más pobre del país: ninguno de esos establecimientos recibe suministros desde el 11 de este mes.
Se trata de familias de escasos recursos que compran esos productos de primera necesidad a precios preferenciales, pero que son afectadas por bloqueos y actos vandálicos que han dejado sin vida cotidiana ni actividad productiva a casi todo un estado de cuatro millones de habitantes.
Todo eso es provocado para exigir la liberación del líder de la CNTE, Rubén Núñez, quien, sin embargo, en tres años acumuló 132 millones de pesos mediante una red de lavado de dinero con cuatro empresas y personas físicas, según las acusaciones que le imputa la PGR.
Sólo en una de sus cuentas bancarias, Núñez y otros tres dirigentes movían 8.1 millones de pesos al mes, y el propio líder gana 100 mil pesos mensuales por dos plazas en una escuela de Putla, donde 75.3 por ciento de sus habitantes vive en pobreza extrema.
Sin embargo, Oaxaca está cerrada por dentro y por fuera, sin accesos con la Ciudad de México, Puebla, Veracruz, Chiapas y Guerrero, lo cual provocó la inexistencia de alimentos, medicamentos, combustible y dinero para mantener con vida la dinámica comercial y económica del estado.
Ni siquiera es posible pagar nómina y salarios a muchos trabajadores, la mayoría de los cuales son el sostén de sus familias, ya que no pueden circular camionetas de valores. Es decir, en Oaxaca no existe efectivo, salvo el que la gente tenga guardado debajo del colchón.
Únicamente en el sector hotelero, que es uno de los sostenes del estado, la insurgencia magisterial ha dejado pérdidas por 300 millones de pesos y la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera asegura que pierde aproximadamente 800 mil pesos diarios.
También están detenidos el transporte público y privado, no sólo por los bloqueos callejeros y carreteros, sino porque los insurgentes han robado e incendiado casi 100 vehículos particulares, oficiales y del servicio de pasajeros desde la capital y los 21 municipios conurbados.
¿A quiénes dañan entonces los insurgentes con sus acciones? Pues a los que dicen defender: el “pueblo trabajador” al que tanto aluden en sus discursos de izquierda trasnochada.
Es por eso que cuando comunistoides como éstos mencionan la expresión “pueblo trabajador”, no queda otra que resguardar la billetera…