+ Sobre María Bibiana Wetzel Aguilar, gimnasita artística en los primeros Juegos Mundiales de Trisomía 2016.
Nacionales
VERÓNICA ROCHA / Milenio.com - 2016-07-25
"Imposible" es solo una palabra que usan los hombres débiles para vivir fácilmente en el mundo que se les dio, sin atreverse a explorar el poder que tienen para cambiarlo. "Imposible" no es un hecho es una opinión. "Imposible" no es una declaración, es un reto. "Imposible" es potencial. "Imposible" es temporal. "Imposible" no es nada.
-Muhammad Ali.
Y vaya que los atletas del deporte adaptado de nuestro país lo saben. No solo han derribado las barreras ideológicas, de opinión, incluso físicas para desarrollar la actividad que les guste y en la que han mostrado habilidad y disciplina, sino que además se han llegado a enfrentar a la indiferencia y negativa de sus respectivas federaciones, para brindar el apoyo económico pertinente y justo para acudir a los campeonatos mundiales.
El caso más reciente lo tuvimos la semana pasada y del cual muchos, muchísima gente hicimos alarde de él.
¿Por qué desamparar al atleta profesional es una constante (por no decir una costumbre) en nuestro país? Pues porque a pesar de los obstáculos, la casta de los mexicanos deportistas con discapacidad brilló en todo su esplendor.
El tema salió a nivel nacional porque una pequeña de once años originaria de Veracruz, destaca en gimnasia artística en los primeros Juegos Mundiales de Trisomía 2016 celebrados en Florencia, Italia.
Se trataba de María Bibiana Wetzel Aguilar, la actuación que realizó la llevó a defender su campeonato mundial en las pruebas de viga, piso y salto de caballo, además de las dos de plata en barras paralelas y all around.
Mucha, muchísima gente comenzamos a compartir la noticia y vitorear los logros de la pequeña con down, y fue cuando el asombro de la gente se hizo visible, pues además de costarles la preparación y entrenamiento deportivo de Bibi (que a razón de cariño le llaman), fueron testigos del esfuerzo y trabajo que tuvo que realizar junto a sus padres para juntar los 300 mil pesos y costear el viaje al Mundial de Trisomía, cantidad de la que se desentendió la Federación Mexicana de Deportistas Especiales.
La campaña de boteo, donación y pase de charola la realizaron precisamente en con la gente de Veracruz: familiares, amigos, empresarios, motociclistas, conductores de vehículos... todos aportaban para que Bibi fueran a defender su campeonato mundial en la categoría junior.
Con esta acción, el pueblo de Veracruz nos muestra una vez más que en aquel Estado costero no solo escurre violencia, sangre y corrupción, sino que la generosidad, solidaridad y fraternidad de los jarochos destila en muchos, muchísimos corazones del puerto. Veracruz no está muerto. Primero Personas.