Gradúa Instituto de Ecología a la primera generación de niños científicos

+ Un programa único en su tipo que se ejecuta en el Clúster BioMimic, ubicado en Xalapa.

Zona Centro

CONACYT.- - 2017-02-20

Bajo la premisa de formar a los futuros Premio Nobel mexicanos, el Instituto de Ecología (Inecol) graduó a la primera generación de jóvenes del Centro de Reclutamiento de Nuevos Talentos y Fomento a Vocaciones Científicas y Tecnológicas para Niños y Jóvenes (CRTVC), un programa único en su tipo que se ejecuta en el Clúster BioMimic, ubicado en Xalapa, Veracruz.

Durante cuatro meses, 33 estudiantes de secundaria vivieron una experiencia única de formarse como científicos, al elaborar y ejecutar proyectos de investigación que contribuyan con soluciones a los problemas actuales en México y el planeta.

En 2010, este centro público de investigación creó el programa Fomento al Interés por la Carrera Científica y Tecnológica en Niños y Jóvenes con el propósito de despertar vocaciones científicas a temprana edad. A través de experiencias vivenciales durante una semana, los pequeños conviven con investigadores y técnicos en el desarrollo de diversos proyectos.

Sin embargo, durante seis años los participantes se quedaban con las ganas de “seguir haciendo más ciencia”. Fue así que el Inecol, a iniciativa de su director Martín Aluja Schuneman-Hofer, se propuso crear el CRTVC que contribuyera a la formación de nuevas vocaciones científicas y tecnológicas.

En diciembre pasado se graduó la primera generación de adolescentes que ha sido incentivada “a pensar y ver la vida y sus procesos con todos sus sentidos, a cuestionarse y buscar respuestas y soluciones, a experimentar, buscando así ampliar sus mentes y visión sobre la ciencia y la tecnología, como la mejor herramienta para imaginar y construir mundos posibles”, dice la maestra Andrea Farías Escalera, coordinadora del CRTVC.

Actualmente, está abierta la convocatoria para participar en la segunda generación del Programa de Formación Científica Temprana, dirigida a estudiantes de primero y segundo año de bachillerato que hayan participado en el programa Fomento al Interés por la Carrera Científica y Tecnológica en Niños y Jóvenes.

En entrevista, Andrea Farías explica a la Agencia Informativa Conacyt que los proyectos de la primera generación del CRTVC se basaron en grandes ideas que van desde desarrollar un pegamento que contribuya a cerrar las heridas, capturar el dióxido de carbono y utilizarlo como líquido extintor de incendios o diseñar materiales para construcción basados en el biomimetismo del bambú.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Por qué dirigir el trabajo del CRTVC a niños y jóvenes?

Andrea Farías Escalera (AFE): El propósito del centro es integrar chicos desde primaria hasta bachillerato para que tengan esta experiencia desde su formación básica. Lo que hicimos fue arrancar primero el programa con estudiantes de secundaria; y ahora, de marzo a julio, lo haremos con alumnos de bachillerato; para la tercera generación seguiremos con los de primaria. Al final esperamos tener los tres programas en funcionamiento de manera simultánea.

El año pasado lanzamos la convocatoria para chicos de secundaria y le dimos seguimiento al programa de Fomento a la Carrera Científica, porque los chicos que venían se quedaban muy entusiasmados con este primer acercamiento a la ciencia.

Se seleccionaron 18 de ellos y tuvimos otros once chicos que no habían participado en el programa y que querían participar, en total tuvimos un grupo de 33 estudiantes.

AIC: ¿Cómo se desarrolla el programa?

La idea es que se tome de base el conocimiento que traen de su escuela y lo que aprenden en su entorno cercano y que, a partir de ahí, vean el universo científico y tecnológico que tienen a su alcance.

Trabajamos con ellos durante cuatro meses en los que vienen al Clúster BioMimic por las tardes. Durante tres meses se les enseña el método científico, pero no de manera cuadrada, sino a través del desarrollo de una pregunta en diferentes áreas como microbiología, fisiología vegetal, biología celular, biología molecular o taxonomía sistemática, entre otras.

La idea es que ellos vean que, dependiendo del tema que se propongan, es el planteamiento y las herramientas que van a utilizar para responderla; entonces podrían hacerlo a través de experimentos, de observación en campo y en otros depende de un programa por computadora.

En el último mes trabajan en una pregunta que deben desarrollar de principio a fin a través de trabajo. Como las preguntas son muy disímiles, se hace un protocolo experimental en el que hacen el planteamiento, el marco teórico o de investigación y con algunos de ellos se busca la manera de implementarlo.

Los trabajos que realizaron los jóvenes de la primera generación fueron muy interesantes porque abarcaron diversas áreas como el estudio de la bioluminiscencia, una propuesta de mejora en los aditivos de productos alimentarios como los embutidos, así como estrategias para combatir la enfermedad “tristeza” de la naranja japonesa, alternativas para el uso y manejo de la pulpa de café, o el diseño de un guante bioestimulador para mitigar los efectos de la artritis reumatoide.

El currículo que integramos incluye todas las partes de la investigación científica, buscando que las actividades que se realizan sean experimentales, además de conferencias en torno a ciencia aplicada para que vean en qué se aplica el conocimiento.

AIC: ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del programa de Formación Científica Temprana?

AFE: Nuestra mayor fortaleza es que no hay un programa similar; además de que busca ser un programa a largo plazo en el que los chicos adquieren una formación científico-tecnológica e, independientemente de que elijan o no una carrera en estas áreas, se les dota del pensamiento crítico de la ciencia que les brinda herramientas para la vida.

El mayor reto al que nos enfrentamos, y que podría ser una debilidad, es que al ser un programa dirigido a niños y jóvenes, es decir, de educación básica y media superior, es difícil encontrar el apoyo de otras instituciones, como la Secretaría de Educación Pública (SEP), que no pueden incluirnos en sus programas educativos.

Al ser incubado en un centro público de investigación, podemos participar en una convocatoria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) dirigida a jóvenes talento, pero es la única en la que nos podemos apoyar para la implementación de este tipo de trabajo. Es por ello que nos ha costado encontrar los mecanismos adecuados para instaurar y fortalecer en cuanto a recursos humanos el espacio.

AIC: ¿Quiénes pueden participar en la segunda generación del programa?

AFE: En esta primera etapa, lo que buscamos es darle continuidad al programa Fomento al Interés por la Carrera Científica y Tecnológica en Niños y Jóvenes, que es a quienes estamos convocando; no obstante, como lo hicimos el año pasado, podríamos aceptar a quienes no participaron, aunque lo que nos rebasa es la capacidad.

La convocatoria vence el 28 de febrero y en esta ocasión contemplamos 19 lugares para jóvenes que desarrollarán un proyecto que implica más trabajo de tutorías, desarrollo e investigación.

Quienes estén interesados en participar pueden enviar sus datos y una carta de exposición de motivos al correo: programa.fomento@inecol.mx.

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