La Maestría en Periodismo que terminó en un encarcelamiento, acaso fugaz

CLAROSCUROS, por José Luis Ortega Vidal

2017-05-23

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Georgina Domínguez Colío asumió el cargo de Coordinadora de Comunicación en el recién estrenado gobierno de Javier Duarte a fines del año 2010; llamó a junta de trabajo y presentó a los nuevos jefes de los departamentos a su cargo.
Corrió -sin aviso previo- a quienes ocupaban esas áreas desde el sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
En particular, al ocupante de la jefatura de asesores de su antecesor Alfredo Gándara Andrade lo convirtió en una especie de personaje marcado: “quien le hable, aunque apenas le dé un saludo, se va” amenazó.
Gina Domínguez impuso así su estilo de mando desde el primer día de trabajo en el peor sexenio que se haya vivido a lo largo de la historia de los gobiernos veracruzanos…y mire –lector- que los ha habido sangrientos, represores, corruptos, desenfadados, valemadristas…
Pero Javier Duarte de Ochoa y su gabinete rompieron toda clase de récords en lo que a corrupción, desfachatez, soberbia, ambición, saqueo, crímenes individuales y colectivos, físicos y sociales, se haya visto jamás.
Por todo ello no extraña que Duarte de Ochoa y algunos ex colaboradores –como Gina Domínguez- estén en la cárcel.
Lo que llama la atención es que varios, muchos, aún estén libres.
Lo que preocupa es que la permanencia del duartismo en la cárcel sea fugaz.
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Una, de numerosas anécdotas en torno a la Asociación de Periodistas de Coatzacoalcos (APEC).
Los colegas que la integran me permitieron el honor de servirles como Presidente de la directiva durante el período 2013-2015.
El programa de trabajo abarcó aspectos patrimoniales: retomar la propiedad de un terreno para la construcción de una sede de la APEC que había sido donado años atrás…
De seguridad: el impulso para crear protocolos de seguridad que involucraran a cuerpos policiacos y al gremio reporteril, a fin de evitar agresiones a los compañeros tanto de parte de la policía como de fuerzas del crimen organizado…
De gestión: atención a requerimientos de salud, de solidaridad económica, de trámites para familiares de compañeros caídos por motivos de salud o, caso Gregorio Hernández Jiménez, asesinado vilmente por Zetas ubicados en la plaza de Villa Allende…
De educación: organización de talleres, cursos y planeación de acciones para coadyuvar a la profesionalización del gremio desde sus muy diversas circunstancias.
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Aquello fue un fracaso, sino total al menos notablemente parcial…
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Entre otras razones por elementos de corrupción que conviven en la realidad cotidiana del sector de la comunicación y la clase política institucional –de todos los niveles- y aquella que aspira a ocupar puestos de poder…
Corrupción, pues, que es un cáncer social y no sólo existe desde la parte oficial de nuestro rostro sino en todas partes.
Aprendí, muy rápido, algo que observo muy de cerca en los actuales comicios municipales a concretarse el próximo 4 de junio…
En público los ciudadanos del sector o gremio de que se trate nos quejamos, criticamos, reclamamos, proponemos, nos ponemos a disposición de la mejor causa pero en privado, en lo individual, aquello se convierte en una falacia y buscamos atender nuestros propios intereses…
Hay excepciones, siempre, pero son la minoría lamentablemente…
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El cruel asesinato de Gregorio Hernández Jiménez partió en varios pedazos la APEC que me tocó encabezar.
Fui acusado -por lo menos- de ser indiferente, indolente, vendido con el gobierno y desde luego ubiqué a colegas que maniobraron de diversas maneras a fin de recortar el período para el que fuimos electos y quedarse con el pedazo sobreviviente si es que algo sobrevivía…
¡Canibalismo a vuelo de plumas!
Hubo gente que utilizó el nombre de una de las víctimas más atroces que haya tenido el periodismo veracruzano -tanto por la forma en que fue asesinado como por el contexto que rodeó su muerte- para obtener dinero del gobierno de Javier Duarte: hotel, alimento, “protección”, efectivo en grandes cantidades a nombre del ausente colega Gregorio Hernández Jiménez.
Reporteros que lo pidieron, pseudo periodistas que lo recibieron y un gobierno corrupto que lo entregó.
Los hubo, también, que se disfrazaron de salvadores de “las buenas causas” y vendieron su disfraz a organizaciones no oficiales nacionales o internacionales cuyo financiamiento es poco transparente.
La periodista Marcela Turatti vino a Coatzacoalcos en medio de aquel garlito.
Me reclamo vía facebook mi “irresponsabilidad” ante el caso de Gregorio.
Le respondí que estaba completamente desinformada.
Durante su visita a Coatzacoalcos un amplio número de colegas no la pudimos ver de modo tal que añadí a mi respuesta una invitación –con gastos pagados a partir de mi quincena y desde mi condición de empleado sin seguro social, entre otros elementos lamentables- para recorrer lo que no recorrió, ver lo que no vio, conocer lo que le ocultaron en una agenda evidentemente manipulada.
Ser Marcela no necesariamente es ser Turatti, me quedó claro…
Con los años, y desde la vivencia traumática, dolorosa que representó la muerte de Gregorio, no he perdido el contacto con Carmen, su viuda.
Su hijo fue trabajador –en malas condiciones laborales, como su padre- de Notisur.
Aprendió lo básico para editar, se marchó y abrió su propio medio digital.
Hasta el segundo año aniversario luctuoso de Goyo acudí de visita a la que fue su casa.
Durante los últimos meses el contacto se redujo a las redes sociales pero el afecto sigue ahí.
Por respeto y prudencia hay datos de aquella historia que son parte del silencio.
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Un día, antes de lo de Gregorio, vino Javier Duarte a Coatzacoalcos y estuve con él aproximadamente quince minutos en el contexto de una entrevista televisiva que realizó otro compañero de oficio.
Habíamos acordado con integrantes de la directiva de la APEC que valdría la pena impulsar un Postgrado para el gremio, aquí, en Coatzacoalcos y específicamente sobre periodismo.
Pensamos en una Maestría que oferta la Escuela de Periodismo Carlos Septién.
Corría el año 2013 y al hablar con Duarte de Ochoa en privado le hice la petición.
- ¿Qué quieres? Me cuestionó.
- Una Maestría, le respondí.
- ¿En qué, de qué Universidad; de la UV, de la Ibero, de la UNAM, del Tec?
- En Periodismo y de la Escuela Carlos Septién. No queremos que el gobierno nos pague todo; hemos pensado que nos apoyen con una parte de su costo y el resto cubrirlo entre los participantes; es decir quienes llenen los requisitos, puedan y se interesen.
- Cuenta con ello, me respondió. Luego, giró órdenes ahí mismo para que un ayudante me atendiera.
Fui atendido. Con apoyo de algunos miembros de la APEC que daban su cooperación económica en las asambleas viajamos un servidor y varios directivos a Xalapa para las gestiones diversas; entre ellas la Maestría.
Un día nos enviaron a la Universidad Veracruzana, con el doctor Raciel D. Martínez Gómez.
Viejo amigo, orgullo de la UV, Raciel nos atendió una y otra vez para mantenernos informados sobre el tema.
- Para 20 alumnos, con maestros que viajarían desde México y emplearían las instalaciones de la UV, la Escuela de Periodismo Carlos Septién oferta el postgrado que ustedes desean en un millón de pesos, nos informó un día.
Duraría dos años.
He tenido varias reuniones en Comunicación Social del gobierno estatal; las últimas con Alberto Silva porque Gina Domínguez ya fue removida, detalló. Es un hecho que la UV no puede cubrir ni siquiera una parte de ese costo. Alberto Silva ha dicho que es una orden de gobernador y estudia el caso.
Aclaramos lo dicho a Duarte de Ochoa: estamos en la actitud de promover parte del costo de algún modo; los participantes pagarán una colegiatura, por ejemplo, expusimos.
Pasó el tiempo y aquello murió en el intento.
Un día el doctor Raciel D. Martínez nos informó que Alberto Silva ya ni siquiera lo recibía.
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Hoy sabemos que en aquel momento -2013-2014- Javier Duarte de Ochoa, Karime Macías de Duarte, Georgina Domínguez Colío, Alberto Silva y sus cómplices, estaban ocupados en temas como las empresas fantasma, la adquisición de bienes personales producto del desvío de dinero público veracruzano, entre otros…
¿Apoyar una maestría para periodistas del sur veracruzano que soñaban en adquirir el Postgrado, pagar una parte de él y reproducir su conocimiento a colegas?
Eso no les interesó jamás.
A un buen número de periodistas, para ser franco, tampoco les llamó la atención.
Gina Domínguez presa, Javier Duarte preso, Karime Macías exonerada en Europa, Alberto Silva con fuero y con la garra de la ley detrás suyo…
Los periodistas del sur veracruzano sin su maestría en periodismo al mismo tiempo de enfrentar la dialéctica de su oficio…
Nada especial; contradicciones como la de cualquier labor humana: una cosa es decir y otra cosa es hacer; una cosa es afirmar y otra cosa es demostrar…

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