Veracruz: el lugar donde Herodes sería una hermana de la caridad

2017-08-29

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El 10 de abril del 2016 -en el contexto de un pleito entre adultos- el sujeto Rafael Carmona Jara llegó al domicilio de su rival en la población de Chinameca, al sur de Veracruz.
En el lugar, aparentemente intentando agredir con un arma de fuego al jefe de familia, Carmona Jara mató a un niño de 7 años de edad.
El infanticidio se mantiene impune a la fecha debido –de acuerdo a versiones extraoficiales- al parentesco del asesino con el alcalde de Chinameca, Víctor Salomón Carmona: su tío.
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El 7 de julio del 2014, a las 13:00 horas, se vio por última vez a la señora Mónica Reyes de 44 años de edad y a su sobrina la menor Karime Cruz, de 5 años.
Vecinas de Coatzacoalcos, circulaban por la calle Niños Héroes de la colonia Playa Sol para desaparecer de pronto y mantener a la sociedad porteña durante ocho semanas en suspenso y preocupación.
El 5 de septiembre, casi dos meses después, aparecieron los cuerpos sin vida de tía y sobrina.
El periódico digital Plumas Libres narró al respecto:
“El hecho habría sido del conocimiento de autoridades del estado de Veracruz pero se ocultó por la plenaria que senadores del PRI y del Verde Ecologista protagonizaron recientemente en el municipio de Veracruz, así como por la visita del Secretario de Hacienda Luis Videgaray.
No obstante, este día en un discreto operativo por parte de policías ministeriales, se confirmó la localización del cuerpo de la menor y su tía, en una casa de la colonia Luis Echeverría de este municipio.
De acuerdo a lo que trascendió en el lugar de los hechos, la niña murió asesinada de golpes en la cabeza, los asesinos pudieron usar un martillo o un palo de madera.
Doña Mónica Reyes Cruz su tía, pudo haber corrido la misma suerte”.
Un secuestro, el involucramiento de un taxista, la codicia intrafamiliar habrían sido co-protagonistas de esta historia inhumana.
Gobernaba Veracruz Javier Duarte de Ochoa. Era su vocero Alberto Silva. El silencio reinó en el ámbito oficial respecto a la tragedia.
El jefe de comunicación y su jefe demostraron que en el ámbito del cinismo la política es, por definición, muy sensible...
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A las 13:30 horas del miércoles 4 de mayo del 2016 frente a las instalaciones del colegio Angloamericano de Coatzacoalcos fueron abatidos a tiros la señora Leticia Candelaria González y su chofer y guarura Antonio González.
Un comando aguardaba por ellos en las cercanías de la escuela donde estudiaba la pequeña a quien recogerían para llevarla a casa.
El vigilante del colegio y encargado de entregar a los menores a sus padres o tutores vio la escena, resguardó a la niña y cerró la puerta del edificio escolar.
De este modo, se presume, se habría evitado el secuestro de la menor, desde ese día huérfana de madre.
Otras versiones plantean que en realidad los asesinos tenían como objetivo esencial ejecutar a la señora Leticia Candelaria González por presuntos nexos de un familiar con un grupo fuera de la ley.
Esto, a la fecha, es una especulación y del caso no hubo ni hay versiones oficiales ni investigaciones que acerquen a la justicia obligada.
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El 24 de junio del 2017 mataron a cuatro niños de 3, 4, 5 y 6 años de edad por ser hijos de un sujeto involucrado en el asesinato –la víspera- de Bernardo Cruz Mota, sobrino de Hernán Martínez Zavaleta (a) “El h”, jefe de los zetas en Coatzacoalcos.
“El h”, autor intelectual de la masacre infantil, está preso por éste y otros delitos.
Alaín Sánchez López (a) “La liebre”, presunto autor material de la matanza, continúa prófugo.
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A las 20:40 horas del pasado sábado 26 de agosto fueron atacados a tiros Luis Rey Mendoza Miguel y su familia en una plaza comercial de Córdoba, Veracruz.
En el lugar de los hechos murió Mendoza Miguel, guardaespaldas de un líder cañero de la región y más tarde -en un hospital- falleció su hija de 5 años a causa de los disparos recibidos.
Su esposa, también herida, sobrevivió al ataque y está a disposición de la fiscalía.
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El domingo 27 de agosto el gobernador Miguel Angel Yunes Linares ofreció una rueda de prensa luego de la reunión semanal de la Coordinación Estatal de Seguridad celebrada en Córdoba.
Ahí anunció la oferta de un millón y medio de pesos a quien ofrezca datos que permitan la captura del o los responsables del asesinato de la hija de Luis Rey Mendoza Miguel y Ana Lucía Flores Ortega.
Asimismo afirmó que la población no tiene por qué preocuparse dado que los acontecimientos de violencia que bañan de sangre las diferentes regiones de Veracruz ocurren entre miembros del crimen organizado.
Es un asunto de “malos contra malos” afirmaría el gobernador desde su maniquea visión de la realidad.
Sobre el crimen de la niña Yunes Linares afirmó que fue producto de la irresponsabilidad de sus padres al exponerla sabiendo que sus vidas corrían peligro.
Luis Rey Mendoza tiene un historial delictivo y Ana Lucía Flores mantuvo una relación sentimental con otro delincuente (ya occiso) antes de volverse viuda por segunda ocasión, relató Yunes Linares.
Más aún: la fiscalía de Veracruz estudia abrir un expediente contra la madre de la niña asesinada por su accionar.
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El discurso del gobernador Miguel Angel Yunes Linares llama la atención por su significado político.
Representa ni más ni menos que la falta de reconocimiento de la irresponsabilidad estatal ante circunstancias de inseguridad que provienen de muchas fuentes, entre ellas la corrupción oficial en la procuración y aplicación de justicia.
También por la ausencia de seguridad debido a lo carcomida que se encuentra la estructura de la policía preventiva en el gobierno de Veracruz.
Con un cinismo escalofriante el titular del Poder Ejecutivo en Veracruz se refiere al asesinato de una niña de 5 años a manos de sicarios del crimen organizado como un tema secundario, poniendo enfrente el cuidado de su figura política: la ciudadanía no debe preocuparse, se están matando entre los malos y algunos son tan malos que exponen a sus hijos; por eso la muerte de esta niña, dijo.
El colofón del discurso y el accionar oficial no podría ser más espeluznante: la oferta de un millón y medio de pesos para dar con los asesinos de la menor garantizaría la preocupación del Estado ante la tragedia, según se lee entre las líneas del mensaje yunista.
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Por otra parte, no se trata de un discurso nuevo ni privativo de la entidad veracruzana.
Roberto Campa Cifrián -Subsecretario de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación del gobierno federal- declaró en torno a la matanza del 22 de agosto en Hueyapan de Ocampo, Veracruz, donde cayó abatido el reportero Cándido Ríos Vázquez “Pabuche”, que éste sufrió un daño mortal colateral pues los asesinos habrían ido por una de las dos víctimas que cayeron junto con él.
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Sin investigación de por medio, sin pruebas que deslinden responsabilidades a fondo, montados en la urgencia de evadir las consecuencias políticas de estos hechos frente a una sociedad literalmente aterrorizada, el gobernador de Veracruz y el Subsecretario de la SEGOB buscan inútilmente lavarse las manos como Poncio Pilatos.
El reportero Cándido Ríos pagó el precio de pararse en el lugar, hora y junto a las personas equivocadas.
Y en el caso de la niñez ultrajada queda claro que si Herodes gobernara Veracruz su presencia sería equivalente a la de una hermana de la caridad.
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Ayer, lunes 28, Miguel Angel Yunes Linares visitó Coatzacoalcos y habló sobre el tema de la inseguridad. Anunció el retorno de la policía municipal y dijo que permanecerán en la ciudad y puerto los cuerpos de seguridad federales y estatales enviados desde los tiempos de Javier Duarte.
Esto fue por la mañana cuando encabezó reuniones con organismos empresariales y autoridades municipales.
Por la noche, hacia las 22:00 horas ,el crimen organizado respondió con un hombre ejecutado frente a la Plaza Forum.
Doce horas separaron la visita del jefe del ejecutivo, su discurso y la continuidad inefable de la muerte...