Mariana Mariana y el orgullo veracruzano

2018-06-05

Quien se siente bien, habla bien y piensa bien. Son las palabras de la maestra Esther Rendón, de aquel cuarto año de la primaria Luz Aldape de Betancourt (Juanita Folgueras, en Veracruz), que quedaron grabadas no sólo en su mente, sino en su conducta.

Se estremece al recordar algunos re-encuentros con sus “niños” que ha tenido en sus recorridos a lo largo de estos dos meses. Bueno, ella los llama así, “niños”, porque así los vio: chiquitos, pequeños, en el albergue de Santa Ana. Hoy, son jóvenes que aspiran a hacer una mejor sociedad, ya es salvaguardando a su comunidad o a su misma familia.

Me muestra una foto vistiendo de jarocha. Le gusta el atuendo. La hace sentirse orgullosa de su tierra, de su gente, de su identidad, más cuando recuerda la casa de los abuelos donde nunca faltaba el ceviche, la bamba y el arpa… ¡vamos! tanto es su orgullo por ser veracruzana, que si en sus quince años no faltaron los jarochos ¡mucho menos en su boda!

El vestido tejido a mano por mujeres de Tlacotalpan, deja al descubierto los hombros quemados por el sol de Mariana Dunyaska García Rojas, candidata a diputada federal por el distrito XII… le encantan estos vestidos tanto como el traje de jarocha, aunque tiene sus favoritos: los hechos por su mami…

Un rosario rodea su cuello y descansa un crucifijo en su pecho. Con su mano lo presiona al corazón. El Rosario es el recuerdo de su mami, quien falleciera hace poco, justamente el día de su registro como candidata. Un trance difícil pero el ánimo de mucha gente
la levantó, en especial de Maryjose Gamboa Torales, quien le dio mucho aliento.

Se ve negrita, no es para menos… dos meses de intensa campaña por cinco municipios que comprenden su distrito, le dan ese tono que no le va mal. Reuniones con diversos sectores, que van desde aduaneros, transportistas, universitarios, empresarios, comerciantes, pescadores y agricultores, hombres y mujeres; escuchar y dialogar con ellos, le deja en claro que muchos tienen luchas comunes, retos afines y proyectos similares, cada quien en su área, en su ramo, en su calle, en su ciudad… y Mariana los recibe, los registra.

–¿A quién es más fácil de hablar, de entablar un diálogo? ¿Con un hombre o con una mujer?

Me responde que cada persona es diferente, pero cuando la tratan, la escuchan, la ven, consideran que no es como habitualmente se hace uno la idea de cómo es “una panista”.

En breve, le gustaría festejar a los padres, figura que considera está devaluada porque no se le ha dado ese entorno de proveedor emocional, como se le da a la madre. Un ejemplo de ello, explica, es ver a esos ancianos abandonados en la calle, pero es más complicado
ver a una mujer.

No puede evitar recordar el papel fundamental de don don David Rojas, el abuelo todo amor que no sólo la cobijó en sus brazos, sino también le dio valor a su opinión.

Ya para concluir esta plática, le digo que hace poco me encontré la revista “Veracruz, pionero de la historia” y me pareció muy acertada, por los datos de personajes relevantes en el acontecer de Veracruz. Mariana Dunyaska me dice que hasta los padres de familia y maestros se lo piden y uno de los objetivos, además del conocimiento histórico, es volver a sentir ese orgullo por ser veracruzano, término que se devaluó hace más de un año por personajes de todos ya conocidos. “No se puede amar lo que no se conoce –me dice Mariana Dunyaska– y el orgullo por ser veracruzano se devaluó por las acciones de gente que nunca quiso a Veracruz”.