LA HORMIGA

Columna de Juan Antonio Nemi Dib

Juan Antonio Nemi Dib

Cosas Pequeñas

2012-03-26

Esta es la historia de un himenóptero -así se dice de ciertos insectos complejos- llamado “Teba” que se despierta un día con la determinación de abandonar su hormiguero a fin de satisfacer una necesidad esencial: “...sentirse libre... llenar sus pulmones de aire fresco y renovado, sin tener que pedir permiso a nadie”.

Resulta que la noche anterior, Teba reunió al grupo familiar para darles noticia de su decisión; allí el abuelo le dijo: “no entiendo por qué quieres dejarnos”, pero no obstante le regaló un consejo de importante proporción: “cualquier problema o dificultad que encuentres en tu camino será sencillamente una oportunidad para aprender.”

Así, con esa despedida, empiezan una serie de historias enlazadas, una dentro de la otra o, más precisamente, como un racimo de uvas en el que un elemento sucede al otro; la narración, por sus concatenaciones, recuerda a Borges en “El Jardín de los Senderos que se Bifurcan”.

Pequeño en sus dimensiones, apenas 143 páginas, el libro se puede leer de un tirón, pensando que se trata sólo de una breve historia bien contada y apta para todo público, dedicada aparentemente a niños y jóvenes, pero más allá de lo superficial, con todo y su texto ágil y sus expresiones clarísimas, el lector acucioso encontrará múltiples razones para detenerse en cada párrafo y profundizar en conceptos que remueven, que confrontan y obligan al autoanálisis.

Se llama: “¿Y si fuera cierto? Un camino hacia la libertad”. Publicado originalmente en España, ahora se reedita en Xalapa, con una impresión de gran calidad, profusamente ilustrada. Su autor, Esteban Serra Vila, catalán de cepa, cuya historia de vida dice: “Esteban Serra Vila, nació en Barcelona un mes de enero, su vida siempre ha transcurrido entre un abrir y cerrar maletas, ha vivido en el Este de Europa, África Subsahariana, Latinoamérica, el Magreb... Este eterno viajar le ha permitido conocer y comprender diferentes formas de contemplar la realidad cotidiana. Actualmente es Doctor en Filosofía, Profesor titular de Negociación y Resolución de Conflictos en EAE (escuela de Administración de Empresas) de Barcelona y Consultor Experto de la Unión Europea. Ha impartido conferencias en diferentes países de Latinoamérica, África, Este de Europa y China. Se ´autodefine´ como un eterno buscador -debe ser por eso que tanto he viajado, hasta que por fin me he dado cuenta de que lo que buscaba estaba dentro de mi-.”

No es este texto un ejercicio de preciosismo en el que la estética literaria prevalezca por encima de los conceptos y, por ende, el estilo tampoco constituye prioridad para Esteban, lo que no significa que esté mal escrito. No es, tampoco, un tratado científico destinado a explicar la vida y a sustentar mediante fórmulas matemáticas complejas la manera de vivirla. Tampoco es un manifiesto y menos un reclamo que ponga en los demás, en los otros, las responsabilidades del destino propio.

Siguiendo los cánones de la teoría literaria, no es propiamente una fábula, aunque sus personajes sean animales; no llega a ser tampoco una novela -ni siquiera una novela corta- y es difícil identificar en ella un clímax preciso, específico. Se trata de una historia circular (el final regresa al principio), aparentemente intemporal, en la que los argumentos se suceden uno a otro de manera vertiginosa y, desde luego, atrapan al lector.

Parece claro que se trata de una oda, un gran homenaje al libre albedrío, a la capacidad que tenemos los humanos de decidir. Hay algunas ideas fuerza que pretenden ser conclusivas y que con maestría están entrelazadas con el desarrollo de la trama, que no están puestas a capricho ni aparecen intempestivamente en el texto:

Cuando seas capaz de separar lo necesario de lo prescindible llegarás a aceptar y comprender todo lo que te ocurre.
Simplemente apuesta a que cada día que vivas sea el mejor de tu existencia.
Nuestro verdadero camino es el de realizar todo lo que hagamos con convicción e ilusión y, sobre todo, respetándonos a nosotros mismos y a todos los que nos rodean.
La verdadera ayuda se realiza cuando se permite a la persona que se enfrenta a un problema o dificultad, que lo solucione ella misma.
Nadie vive mal porque quiere, lo que ocurre es que, sencillamente, aún no sabe hacerlo mejor.

Ahora que tuve el privilegio de presentar la edición veracruzana de “¿Y si fuera cierto?... Un camino hacia la libertad”, nada menos que en el auditorio del Instituto Veracruzano de la Cultura, Esteban Serra dijo tres cosas que no aparecen expresamente en el libro, pero que ratificaron el genio y el conocimiento de la vida de este peninsular que viene con frecuencia a Veracruz para coordinar proyectos de desarrollo: “La felicidad no se busca, la felicidad se permite”, “el buen morir es consecuencia del bien vivir” y “hay muchas personas que cometen el absurdo de pasarse la vida tratando de quedar bien con los demás”.

Es un libro que vale la pena leer, porque nos obliga a poner nuestras cosas en su verdadera dimensión, porque nos hace responsables de nuestro destino y, sobre todo, porque nos señala un camino para vivir sin ataduras, en libertad.

La Botica.- Incluso para muchos fieles ha resultado notorio el uso político electoral de la visita del Papa Benedicto XVI al Bajío, expresión del catolicismo más tradicionalista, conservador e intolerante. Hay quien compara el asunto, sin medias tintas, con la presencia del Pontífice en España, previamente a la elección de Mariano Rajoy. Parecería que la Iglesia Vaticana toma partido e incluso si no fuera cierto, es la idea que han logrado sembrar: ¿ignoraba todo esto la hábil diplomacia pontificia? Nada les habría costado realizar la gira en julio, después de las elecciones. La cara de Felipe Calderón, cercana al éxtasis, lo dice todo. Aunque quién sabe si les funcione esta vez. A ver si no polarizan más las cosas, como si necesitáramos problemas adicionales en el País. En cualquier caso, bienvenido, Obispo de Roma.