FLORENCE, COFRADÍA DE LA INJUSTICIA

Pasillos del Poder César Augusto Vázquez Chagoya Leanos en www.pasillosdelpoder.com www.enlaceveracruz212.com.mx vazquezchagoya@prodigy.net.mx 24 de ENERO de 2013

César Augusto Vázquez Chagoya

Pasillos del Poder

2013-01-24

No se hagan los muertos, occisos, todos los miembros del cuerpo judicial del país. Desde que la revolución se volvió institución pasa lo mismo, y cosas peores en contra de la ciudadanía.

Sí, estamos indignados porque se dejó libre a una secuestradora extranjera, rubia, guapa, además de que el gobierno de México se peleara con el de Francia por ésta delincuente condenada a 60 años de prisión por dos jueces federales, hasta que la Suprema Corte de Justicia la liberó porque se le violaron sus derechos constitucionales.

El caso como el de Florence Cassez todos los días se dan en la república. A las familias agraviadas nadie les hace caso. La cofradía de la injusticia está desde los policías y magistrado. La francesa ya se fue a su país y aquí nos quedamos discutiendo si se debió o no liberarse.

La realidad es que estamos linchando a Florence Cassez por ser extranjera, por ser güera, ojos azules. Casos como el de Cassez, se reitera, acontecen todos los días: ahí tienen a la familia del “Chapo” Guzmán pasando de Estados Unidos a México y viceversa, con toda la impunidad. Aquí la diferencia es el impacto mediático creado por Genaro García Luna al momento de su detención.

Unos hablan de condenar a Genaro García Luna, jefe de la Policía Federal, por involucrarnos en este bochornoso hecho, pero nadie se fija lo que a diario se comete en casa. En este país se debe tener un hijo secuestrado para volverse las voces de los demás, así digan lo que digan.

A García Luna no lo van a castigar pese a las violaciones de derechos fundamentales. No le tocan un pelo y ni le tocarán, porque legalmente ya pasó el tiempo para castigarlo y cuando mucho se llevaría una amonestación. Esa es la justicia en México.

A estos líderes del dolor y de papel, queremos verlos recorriendo los penales del país y se espantaran, pero quieren justicia a modo, aunque el camino son las detenciones legales como dice la constitución. Ahora todas las policías no le respetan los derechos humanos al detenerlo. Les da flojera investigar y comprobar los delitos.

Lo más lamentable es que sucede en toda la república y los gritos no se oyen tan fuerte, porque se tratan de simples mexicanos y no extranjeros.

El caso de Florence Cassez es una condena mundial a todo el sistema judicial de la república.