MIDIABLO: Se está desperdiciando el turismo en Perote
+No hay estructura para recibir al turista
+Sus patrimonios naturales y culturales virtualmente en el abandono
+Ni recuerditos venden
Zona Centro
- 2012-01-03
Todo comenzó con el debate de fin de año, entre pasar la fiesta en Coatzacoalcos con la familia, o aventurarnos a Perote.
Existiendo lugares tan emblemáticos como Veracruz, el Tajin o Córdoba y Orizaba, decidimos ir a Perote por tres razones. La primera de ellas su cercanía con la capital. La segunda, porque según vi en un documental sobre la segunda guerra, ahí hubo un campo de concentración, y la más fuerte de las razones: como se puede apreciar los días fríos, en el Cofre cae nieve, y nosotros nunca hemos visto nevar.
Por aquello del “por si acaso”, comenzamos buscando hoteles que ofrecieran recorridos turísticos. De los ocho hoteles que contactamos, sólo uno lo brindaba, sin embargo, no lograron contactar con el guía. El resto nos sorprendió con sus tarifas de 500 pesos la noche y su calificación de cinco estrellas. Todos ocupados. Por suerte logramos reservar en el hotel La Perla, por 260 pesos la noche.
Así las cosas, con habitación reservada y sin guía, salimos de Xalapa a las 6 de la mañana. Usted puede viajar a Perote por ADO o AU por 48 pesos por persona. El recorrido varía de una hora a una hora y media según la línea, y la corrida. Nosotros llegamos a las 7:20 de la mañana.
Afuera de la terminal, como en cualquier otro lugar, usted se encuentra con un montón de taxistas listos para llevarlo a su destino. Sí es el Cofre, descubrirá que no hay vehiculo que lo lleve hasta ahí. Ni taxis, ni camiones. Lo más cerca que lo pueden llevar es a un pueblo llamado El Conejo. Corrida que afuera del ADO, cobran entre 400 y 500 pesos.
Si usted va en un día no festivo, puede preguntar por los camiones rojos que lo llevan hasta El Conejo. Salen tres veces al día: en la mañana, a medio día y en la tarde. Si usted va en un día festivo, como nosotros, se encontrará con que no hay camiones. Verá, estos camiones bajan de El Conejo, hasta Perote, sólo y únicamente, si suficiente gente del pueblo tiene algo que bajar a hacer.
Sin embargo, ya alejado de la terminal del ADO, usted puede tomar un taxi que lo lleve al famoso El Conejo, por 120 pesos. De El Conejo, dicen que se puede llegar caminando. Lo que no le dicen es que son dos horas de camino a 3 mil 900 metros sobre el nivel del mar (aproximadamente). A esa altura, si usted viaja desde Xalapa, o algún punto de menor altitud, cada paso es agotador. Nosotros caminamos 5 minutos y ya estábamos pensando en regresar al hotel.
Para nuestra fortuna, conseguimos aventón en una camioneta. Es otra forma de llegar hasta la sima, pues los turistas suben constantemente en su vehículos. Y si usted va a llevar el suyo, que de preferencia sea un todo terreno, porque corre el riesgo de quedarse en el camino.
El punto más alto del Cofre de Perote, es lo que llaman “La Piedra”, o “La Caja”, una estructura natural, formada por sucesivos deslaves, cuyo único modo de subir, es a pie. Alcanza los 4 mil 282 metros sobre el nivel del mar, lo que lo convierte en el 8º punto más alto de México y el segundo más alto de Veracruz. El Cofre, también tiene la peculiaridad, de ser un volcán extinto.
Ya en la punta, usted podrá apreciar, entre las antenas de la televisora TV Azteca, que tienen invadido el lugar, una vista indescriptible. Desde ahí se puede ver el Pico de Orizaba, el Popocatpetl, el Iztaccíhuatl, de un lado, y en un día despejado, el golfo de México del otro. Pero ir en un día nublado no es razón para lamentarse. Las nubes pasarán debajo de sus pies.
Tristemente no encontramos nieve (encontramos hielo), pero por un lado fue afortunado, ya que en las nevadas, no sólo está prohibido el acceso, sino que es virtualmente imposible llegar hasta ahí.
Ocho horas tardamos en subir y bajar. Si usted piensa intentarlo, no deje de llevar comida alta en calorías para combatir el mal de montaña. Los chocolates funcionan muy bien. Lleve bebidas energéticas y rehidratantes (suero), porque el frío deshidrata tanto como el calor. Sobre todo suba con calma y con precaución. Nosotros encontramos tres altares de personas fallecidas en el lugar.
De regreso en el hotel, dormimos 12 horas de un jalón. Repusimos energías para ir a recorrer la famosa Fortaleza de San Carlos.
La Fortaleza de San Carlos, también conocida como el Castillo de Perote, es una edificación militar del siglo XVIII. Fue levantada por el temor español a una invasión inglesa en su territorio americano; fue bastión hispano en la independencia nacional; ahí Antonio López de Santa Anna firmó el tratado de Perote, por el cual se desconoció la monarquía mexicana de Iturbide; en ese lugar murió Guadalupe Victoria, y se fundó el Heroico Colegio Militar; ahí se libraron batallas por la defensa nacional contra las invasiones francesa y estadounidense, en la Revolución fue hogar de familias refugiadas, en la segunda Guerra Mundial, sirvió de campo de concentración, prisión para alemanes, italianos y otros ciudadanos de las fuerzas del Eje, además de espías y traidores; el gobernador interino Ángel Carvajal, lo adaptó como prisión en 1949, hasta que fue clausurado en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán y adaptado como museo en el 2008. Merece reportaje aparte. Lamentablemente, el lugar, a pesar de estar protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y adaptado como museo está abandonado. Sus puertas están abiertas para quien guste, pero no cuenta con un guía de turistas oficial, ni extra oficial, ni nadie que pueda brindar algún tipo de información al respecto. Vaya, que ni cuidador tiene.
Sus paredes de aproximadamente 12 metros de altura, se alzan de un foso de la mitad de profundidad. En la entrada principal, las efigies de dos soldados montan guardia, y en la entrada del puente dos cañones se encuentran dispuestos. En el interior se alberga una plaza de armas, y en el primer cuadro, los cuartos donde sin duda comieron, anduvieron y vivieron Santa Anna y Guadalupe Victoria. En el segundo cuadro, se encuentran bodegones, que en algún tiempo albergaron comida, municiones, a los animales, ahora tienen literas de semento, y recortes de revistas pegados en las paredes. Evidencias de sus años como penitenciaría.
Llegar al Castillo no es costoso, usted puede llegar caminando desde el centro de Perote. De hecho, se encuentra a un lado de la ciudad, usted lo verá cuando vaya llegando. Sino quiere caminar, un taxi le cobrará de 20 a 30 pesos.
A 20 minutos de Perote, se encuentra la Laguna de Alchichica. Un camión le cobra siete pesos por llevarlo. Entre las peculiaridades del lugar se encuentran: estar ubicada en un punto inexacto entre Puebla y Veracruz. Uno sale del estado para entrar al municipio de Tepeyahualco, Puebla, para luego volver a Perote, a la comunidad de Zayaleta, frente a la cual está la laguna en todo su esplendor, reflejando la montaña. Otra de sus peculiaridades es ser una laguna salada. De echo, puede probar el agua. Sabe al suero que te dan en el sector Salud. Se dice que tiene 30 metros de profundidad, y en sus orillas se encuentran grandes rocas alcalinas. Además, está habitada por patos. Su ultima peculiaridad, la mas lamentable, es que es el patio trasero de una incipiente colonia, que no tiene empacho en tirar su basura en el lugar.
Además de estos lugares, Perote cuenta con un centro e iglesias coloniales, y los restos de la Hacienda de San Antonio, que están adaptando como centro ecoturístico, entre lo que pudimos ver en nuestro recorrido.
Penosamente, Perote es un desperdicio total de capacidad turística, sin guías, ni medios de transporte para llegar al cofre, o a la laguna, la cual, está desprovista de un lugar donde acoger a los visitantes. La ciudad sólo cuenta con dos restaurantes, que dejan mucho que desear. Cuando preguntamos por la comida típica, nos recomendaron el queso Cabral que se produce en el lugar. Bueno, no había. Sus patrimonios naturales y culturales están a la deriva, y aunque por Ley están protegidos, en la realidad se encuentran en el abandono. En general, padece de estructura turística.
Por si fuera poco, el comerció turístico es inexistente. No hay artesanías, ni venta de “recuerditos” de ninguna clase. Los portales del centro, donde naturalmente se compran los souvenirs, son una extensión del mercado municipal. No hay, para que se de una idea, ni una playerita que diga “Visité Perote”.
Esperamos que tanto el gobierno Estatal, como el gobierno municipal, encabezado por Juan Manuel Velázquez Yunes, se pongan las pilas y aprovechen el nicho turístico sin explotar que tienen a sólo una hora de la capital, porque en este momento, Perote es un completo, e inoperable desperdicio en materia turistica.
De regreso, tomamos un camión que se hace tres horas de recorrido, pero que llega directamente a Coatepec, donde además de los impresionantes paisajes montañosos, y las curvas que casi me hacen vomitar, se puede ver a los niños de las comunidades salir a la carretera a pedirle dinero a los coches.