Los últimos días en Boca del Río

+ El diario REFORMA, a través del reportero Benito Jiménez, narra las horas previas a la desaparición de los 5 jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca por parte de Policías Estatales.

Nacionales

Benito Jiménez / REFORMA.COM - 2016-01-25

Los cinco jóvenes desaparecidos por policías en Tierra Blanca, Veracruz, celebraron el cumpleaños de uno de ellos en La Berrinchuda, un bar afamado en Boca del Río. Ahí bailaron a ritmo de mariachi, banda y música norteña.

Era sábado 9 de enero y el festejo fue dedicado a Mario, quien cumplió 28.

Mario, Alfredo, José, Susana y Bernardo levantaron las copas. Todo fue diversión.

El jolgorio comenzó a las 23:00 horas. Se les unió Carlos, hermano de Bernardo. La celebración se prolongó hasta las cinco de la mañana del domingo. Se fueron a casa de Carlos a descansar.

Al mediodía del domingo los seis amigos se fueron a curar la resaca a una birria de Sinaloa que se ubica en Jardines de Virginia, también en Boca del Río.

Luego de los consomés se fueron a un casino a jugar bingo. Entre risas y emociones. Tras dos horas de juego, regresaron a reposar a la casa de Carlos.

Durmieron hasta la noche. Al despertar, aproximadamente a las 19:00, retornaron otra vez a la casa de apuestas. Ahí cenaron y luego regresaron a dormir.

A la mañana siguiente, el lunes 11 de enero, Carlos se fue temprano a la universidad. Como a las 11 de la mañana recibió un mensaje de su hermano Bernardo anunciándole que ya se iban.

Carlos, en su primer día de clases iba a salir temprano.

Contestó ese mensaje. "No se vayan, vamos a comer, salgo media hora".

"Ya me voy, ya vamos en la pista", le respondió Bernardo.

Dos horas después ninguno de los celulares de los cinco jóvenes tenía señal.

Carlos, el único familiar que los vio antes de la desaparición de las cinco personas a manos de policías relata a REFORMA los momentos previos.

"A las once llegamos a la Berrinchuda, ahí estuvimos toda la noche, nos la pasamos bien, bien a gusto, el domingo, cuando nos despertamos fuimos a unas birrias y luego el casino, sólo fuimos unos porque la muchacha (Susana) no podía entrar, como de 12 hasta las dos de la tarde, nos encerramos para descansar y regresamos al casino a jugar el bingo", recordó.

Cuando lo recuerda, Carlos mira a la nada, se le nota desvelado y pálido.

"Los dejé dormir porque tenía clases, me fui a las siete de la mañana del departamento y a las 10 le dije que me esperaran para comer, pero me dijeron que ya no tenían tiempo, se fueron como a esa hora".

Las visitas de Bernardo a Boca del Río a la casa de Carlos eran frecuentes. Se convirtió en rutina.

"Me mandó un mensaje mi hermano cuando ya se iban. Yo le dije "no se vaya, comemos en Veracruz". Me dijo "no puedo, ya me voy, ya vamos en la pista".

Máximo antes de la una de la tarde debieron llegar a Playa Vicente.

El padre de Carlos se comunicó para saber el itinerario. Ya existía una preocupación.

Lo primero que pensaron los familiares de Bernardo es que habían tenido un accidente automovilístico.

Los celulares no tenían señal, todos mandaban a buzón.

A las cuatro de la tarde comenzó la movilización para buscar a los cinco jóvenes.

Un vecino de los cinco jóvenes desaparecidos cooperó. Informó que unos policías de Tierra Blanca los habían interceptado.

El coche fue localizado en Medellín, pero sin pistas de las cinco personas.

Carlos dejó la escuela, por ahora, y ha descuidado sus hábitos de alimentación y de sueño.

"Dejé todo, pero ya nada importa, sólo quiero a mi hermano, a mis amigos", dijo el joven, consternado.

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