LUIS DONALDO COLOSIO

+ Comentario del Lic. Ezequiel Castañeda Nevarez.

Zona Norte

Ezequiel Castañeda Nevarez - 2017-03-24

Conocí a Luis Donaldo Colosio en la desaparecida Secretaría de Programación y Presupuesto, en donde él era Director General de Política Presupuestal y Demetrio Ruiz Malerva Director de Comunicación Social con el Secretario Carlos Salinas. Tiempo después, pude tratarlo con mayor frecuencia en la 53 legislatura a donde llegaron 4 colaboradores directos de Salinas: Sócrates Rizzo, Marcela González, Demetrio Ruiz Malerva y el propio Colosio; todos ellos visitaban asiduamente la oficina de Demetrio, que vivía su tercera diputación federal y en ese lugar se preparaban las comparecencias de Salinas para presentar la Ley de Egresos. El más asiduo era Colosio, quien se declaraba Presidente del Club de Fans de Ruiz Malerva y de quien se refería invariablemente como su maestro de política.

El Colosio que yo conocía era un hombre de pocas palabras, inteligente, observador, reservado, no me parecía que fuera el mito que con su muerte se formó, pero era un tipo agradable, bohemio y gran amigo de sus amigos.

Recuerdo varias anécdotas que viví directamente y conocí otras más por voz de sus allegados que vendrá al caso recordar en otra oportunidad. El mejor recuerdo que tengo de Luis Donaldo es su visita a Tuxpan el 26 de julio de 1986, a donde llegó visiblemente consternado, acompañado de Patricio Chirinos, Director de Delegaciones de la SPP, al funeral de Demetrio. Ni Colosio ni Chirinos conocían a los asistentes ni estos al par de personajes que tiempo después hicieron historia en Veracruz y en todo el País y que permanecieron en la casa de Don Julio Ruiz en donde se velaba a nuestro recordado amigo.

Volví a conversar brevemente con él cuando volvió a Tuxpan a cumplir una invitación que le hice para rendir homenaje a nuestro amigo Demetrio y a una cena en casa del maestro Pericles Namorado, acompañado de Jorge Uscanga. También pude hacerle unos comentarios durante su visita a Tuxpan como candidato a la Presidencia de la República, días antes de su trágica muerte. Siempre me he preguntado ¿Qué habría pasado si no hubieran sido asesinados Colosio y Demetrio? Nunca he tenido duda de la respuesta: México sería otro, muy distinto al actual porque la política habría prolongado su ciclo en el desarrollo del país, porque ambos habrían seguido impulsando su ejercicio porque esta era su principal convicción. Esa es la cuestión.

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