#EDITORIAL: Hasta siempre don Alfonso, gracias por el ejemplo

+Don Alfonso Lara Montero nos dejó en forma sorpresiva y bajo la figura de un veracruzano fuerte, mente lúcida y mirada siempre al frente.

Zona Centro

REDACCIÓN - 2018-02-21

Ayer, en Acayucan, al sur de Veracruz, dijo adiós un hombre de temple inagotable, un ser humano fiel a sí mismo, a sus convicciones y vocación: la de ser un policía al servicio del gobierno de Veracruz.

Don Alfonso Lara Montero -separado del servicio en la Secretaría de Seguridad Pública recientemente por la inevitable jubilación que demandó su edad tras prestar servicio durante la mayor parte de su vida- nos dejó en forma sorpresiva y bajo la figura de un veracruzano fuerte, de cuerpo entero, mente lúcida, voz imponente y mirada siempre al frente.

Enlaceveracruz212 lamenta su partida y hace suyo el dolor de su familia.

Al mismo tiempo, como una empresa veracruzana fundada por otro personaje de talante muy alto: César Augusto Vázquez Chagoya, su amigo siempre y compañero de trabajo durante muchos años, reflexionamos sobre la aportación de estos personajes de disciplina y gran valor a una sociedad que hoy los necesita como nunca.

Lara Montero y Vázquez Chagoya coincidieron en múltiples elementos de la vida pública que hoy extrañamos como los valores institucionales, el respeto a sus obligaciones profesionales y a la población para la que trabajaron y a la que les correspondió cuidar.

Don Alfonso siempre fue policía, de un perfil hoy casi extinto: respetuoso de la Ley y de las órdenes de sus superiores en el contexto del servicio al Estado.

Don César Augusto fue policía, político y periodista, una trilogía difícil de combinar por sus inherentes contradicciones determinadas por la naturaleza humana y la vida pública que tanto conoció.

Hoy, ambos están donde Dios determinó ubicarlos. Dialogan, analizan, observan, cuidan lo que les es encargado cuidar. Sin aspavientos y con eficacia.

Dentro de la Ley, como siempre. En el marco del orden, como debe ser. Fieles a su compromiso consigo mismos lo que para ellos fue sinónimo de saber mandar y saber recibir y respetar instrucciones.

Adiós querido don Alfonso Lara Montero. Sus lecciones quedan, como las de su amigo César Augusto.

Y se extrañan ambas y ambos, en el difícil escenario que hoy nos toca vivir.

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