ERROR TÁCTICO, LA PRESENCIA DE LOS 400 PUEBLOS

Columna sin nombre Pablo Jair Ortega www.columnasinnombre.com pablojairortegadiaz@gmail.com 1 de AGOSTO de 2014

Pablo Jair Ortega

Columna sin nombre

2014-08-01

Los 400 Pueblos se presentan en Xalapa sólo por dos razones: porque alguien solicitó sus “servicios” como grupo de choque o porque les permiten venir a hacer sus desmanes en contra de la capital de Veracruz y sus ciudadanos, sin que ninguna autoridad los ponga en orden.

El cuento ese de que son campesinos desplazados se perdió en el limbo del tiempo y de sus viles intereses económicos. Hoy son cualquier carroña que se alquila, cualquier sexoservidor que se vende por unos centavos para un show degradante, especialmente para las mujeres.

Corridos del DF a mediados del sexenio pasado por Marcelo Ebrard Casaubón, vinieron a Xalapa a refugiarse. Desde aquí hicieron el ridículo de protestar contra el ex jefe de Gobierno y su entonces jefe de Policía, Manuel Mondragón y Kalb, sólo que nadita tontos, allá no hicieron sus acostumbradas manifestaciones porque saben que en el DF sí los meten en orden y no andan jugando a hacer política. De hecho Ebrard, en mancuerna con la experiencia operativa de Manuel Mondragón, tenía fama de no andarse por las ramas, como lo demostró al vaciar el centro histórico de la Ciudad de México de comerciantes, lo que no había logrado antes nadie.

Y este juego infantil de consentir grupos como los 400 Pueblos en Xalapa, en realidad dista mucho de cuando en tiempos anteriores pusieron orden en el estado, especialmente porque grupos como La Sonora Matancera (periodo de Agustín Acosta Lagunes), del cacicazgo en auge de Cirilo Vázquez Lagunes (periodo de Fernando Gutiérrez Barrios y luego resucitado en tiempos de Miguel Alemán Velasco), y hasta de Toribio Gargallo (en tiempos de Dante Delgado Rannauro) tenían hasta al colmo al sistema que en un momento sirvieron, pero que a la larga se convirtieron en dolores de cabeza.

El mismo Cirilo Vázquez Lagunes alguna vez confesó al maestro César Vázquez Chagoya que estaba harto de sus pistoleros y prefirió exiliarse en alguna etapa de su vida, porque si no andaban asaltando gente, se dedicaban a poner retenes en caminos vecinales para pedir cuota. Todos eran problemas que le rebotaban a Cirilo como el responsable más próximo de las travesuras de sus muchachitos.

El caso de los 400 Pueblos es similar. Es un juguetito que usan para fines determinados y sencillamente perdieron la validez de sus demandas por prestarse al juego del poder… infantil… Que hace perder seriedad al Gobierno, por ser el responsable de la política interna en el estado.

Por ejemplo, el caso de la periodista/funcionaria de Boca del Río Maryjosé Gamboa no ha retumbado como quisieran los interesados en lucrar con su presunta inocencia; esto en un estado como Veracruz acusado de ser el peor para los periodistas, con las peores estadísticas de los últimos años, y además con las muertes más emblemáticas que han retumbado en el escenario internacional. Pese a todo lo anterior, el caso de Maryjosé ha distado de una persecución oficial y tampoco ha trascendido como tal; de hecho, el asunto se mantiene en expectativa, en su curso legal, lejos del foco de atención y escándalo que quieren hacer sus defensores.

Luego entonces, controlado el caso de Maryjosé Gamboa ¿qué necesidad hay de traer a Xalapa a los 400 Pueblos y --peor-- permitirles que acosen e intimiden a la periodista Claudia Guerrero Martínez? Podemos no estar de acuerdo con lo que Claudia escribe, pero está en todo su derecho de hacerlo en un estado democrático y que presume de atender a sus periodistas perseguidos por los grupos de poder.

En este caso, si al Gobierno de Veracruz le ha costado poco a poco, en los últimos meses, ganarse la confianza del gremio periodístico al abrir las puertas, acercarse a ellos, romper con la censura, crear organismos como la CEAPP para proteger y capacitar a periodistas, etc., todo se derrumba en segundos con el simple hecho de que grupos como los 400 Pueblos vuelvan a usarse para perseguir a periodistas.

¿De qué sirvió, por ejemplo, que cedieran la cabeza de Gina Domínguez, si como pago van a traer a gangsters de petatiux para intimidar a periodistas identificados como críticos?

Lo peor sería que los funcionarios que patrocinan la presencia de los 400 Pueblos (porque dudamos mucho que su abogado Reynaldo Escobar los esté financiando) crean que los periodistas, por muy “divididos” que estén por el caso Maryjosé, no haya una reacción de protesta y enojo por la manera en que se protege a estos delincuentes venidos a grotescos arlequines agropecuarios.

Viendo más allá de una mera travesura local (como funcionarios estatales que se divierten haciendo videos y montajes para pitorrearse de alguien), la gran imagen, “the big picture” como dicen los gringos, es que este tipo de escenarios en nada ayudan al Gobierno de Veracruz. Las viejas enseñanzas en el poder, dicen que una de las máximas es siempre “cuidar al gobernador”, y, sinceramente, este tipo de acciones de pandilleros baratos región 4, sólo le afectan al mandatario.

Los gobernadores antes mencionados fueron determinantes para meter en orden a los grupos que ya comenzaban a ser dolores de cabeza. Si bien las huestes del vetusto César del Ángel están lejos de ser hampones o caciques como los que se combatieron en el pasado, la permisibilidad, la patente de Corzo que les están otorgando, es como darle una pistola a un idiota.

Ya ni hablemos de la ignorancia de sus líderes cuando dicen que están en todo su derecho de hacer “protestas” y acosos a periodistas. La bandera de la “réplica” y la “libertad de expresión” que usan los 400 Pueblos, es solamente para causar risa, como su causa campesina tan pedorra.