La artillería musical, el otro ejército

+ Mediante agrupaciones musicales de calidad y probada trayectoria, como orquestas sinfónicas, coros y bandas de alientos, las fuerzas federales promueven la cultura.

Nacionales

- 2011-12-26

En su lucha contra el narcotráfico, las fuerzas armadas mexicanas no sólo han desplegado armamento, efectivos militares, camionetas y equipo de combate; violines, violonchelos, trompetas, cornos, trombones y otros instrumentos también acompañan esta cruzada.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Secretaría de Marina y la Policía Federal (PF) trasladan a sus agrupaciones musicales a distintos estados de la República, para ofrecer alternativas culturales a la gente, que contribuyen a distender el ambiente de tensión.

Los titulares de la Orquesta Sinfónica y el Coro de la Sedena, la Banda Sinfónica de la Marina y la Orquesta de Alientos de la PF, Rubén Darío Estrada Corona, Laura Cristina López Piña, Narciso Bautista González y Luis Manuel Sánchez Rivas, respectivamente, coinciden: su propósito los aleja de la lucha contra el crimen organizado y los acerca a las bellas artes.

“Aunque todos tenemos grados militares de carrera, en el ejército hay un reglamento en el que cada agrupamiento tiene sus actividades propias. La nuestra es la música”, dice Laura Cristina López Piña, capitana primero músico y directora del Coro de la Sedena. En la misma situación se encuentran los integrantes de las otras agrupaciones.

El Coro, fundado formalmente en 1991, nunca ha tenido ningún problema en sus presentaciones. La directora, única mujer en encabezar una agrupación musical en la Sedena, explica que el único hecho que fue un tanto conflictivo se dio en 1994 en el contexto de la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), cuando cantaron en San Cristóbal de las Casas y había mucha tensión en el ambiente. “Sin embargo, al terminar el concierto los niños se nos acercaron para abrazarnos”.

Para Narciso Bautista González en la actual coyuntura nacional, la disposición de la Marina Armada de México es que, además del despliegue militar, haya uno cultural, donde se muestre el lado humano de la corporación. “Un poco de esparcimiento cultural. No nos hemos presentado en zonas consideradas de alto riesgo. La Secretaría de la Marina ha tenido el cuidado de no exponernos”.

Rubén Darío Estrada Corona abunda: “Nosotros somos músicos militares. Nuestras jerarquías son como las de cualquier otra persona en el ejército: van de cabo hasta capitán”. Por su parte, Luis Manuel Sánchez Rivas explica que su lucha contra el narcotráfico se hace por medio de los instrumentos. “Todos nosotros, día a día, luchamos contra el crimen organizado con música. Es una forma pacífica de prevenir el delito”.

Banda Sinfónica de la Marina

De todas las agrupaciones musicales que tienen las corporaciones de seguridad federal, la Banda Sinfónica de la Marina es la más antigua. Se fundó el 15 de mayo de 1941, cuando era presidente de la República Manuel Ávila Camacho y Secretario de la Marina, el general Heriberto Jara.

Su propósito era representar musicalmente los principios de la institución. Para especializarse decidieron que sus 72 elementos provengan de todas las instituciones musicales del país, dice Narciso Bautista González. Otro de sus objetivos es que la banda llegue a todo tipo de público, desde aquel que puede pagar un boleto en un teatro cerrado hasta el que acude a plazas públicas.

La banda da entre 30 y 35 recitales al año en diferentes estados del país. Su repertorio está integrado lo mismo por piezas tradicionales del lugar en el que toquen, que por clásicos populares y sinfónicos. Lo mismo interpretan obras de Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven y Johann Sebastian Bach que de Arturo Márquez, Juventino Rosas y Silvestre Revueltas, entre otros compositores, explica.

Sobre Revueltas y su abierta oposición a las fuerzas armadas, comenta, sus obras musicales son importantes independientemente de quién haya sido y de su ideología. “Nosotros nos abocamos a la cuestión artística. Cualquier otro contexto no nos toca”.

Una de sus integrantes es la teniente de corbeta Vilka Castillo Silva. Egresó de la Escuela Nacional de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Pertenece a la agrupación desde 2000, después de haber hecho una audición para el área de cornos. Se siente muy orgullosa.

“Los 70 años de historia de la agrupación son una referencia más que importante. Siempre han contado con músicos destacados que han estado en la OFUNAM, por ejemplo —dice—. Contra viento y marea es una institución dentro de la institución. Mantener una agrupación musical no es sencillo, porque se requiere de presupuesto para los músicos, lugar donde ensayar, se necesita tener una logística”, explica la intérprete, quien estudió su licenciatura en el Conservatorio de Bélgica.

Seguridad Social

Mónica Galindo Monteagudo, sargento auxiliar músico, y soprano del Coro de la Sedena, no quisiera ser militar, como no le gustaría dedicarse a la medicina o a la ingeniería. “Nací para cantar y nada más”.

“No me hubiera gustado seguir con la carrera militar porque no me gusta que me trasladen de un estado a otro, como sucede con los militares y porque es una carrera muy dura. En cambio, en la música no hay un día que sienta que trabaje, amo lo que hago”, comenta.

A pesar de ello, le interesa trabajar en el Ejército porque es una institución consolidada: tiene seguridad laboral, prestaciones y paga bien. “La mayoría de los coros son proyectos sexenales. Cuando el gobernador de algún estado se va, suele acabarse el coro”, explica.

Mónica decidió ser cantante desde que estaba en la preparatoria. Primero quiso ser fotógrafa, pero como no la aceptó el maestro que impartía la materia, ingresó a la clase de coro porque no le quedó de otra. Le encantó. No había tenido la oportunidad de escuchar nunca a una orquesta.

El Coro del Ejército y la Fuerza Aérea, como actualmente se conoce, se conformó oficialmente hace veinte años. Antes estaba integrado por personal de distintas corporaciones de la Sedena. Laura Cristina López Piña dice que en 1991 se lanzó una convocatoria en todas las escuelas de música del país, para que entraran cantantes profesionales. En ese momento los militares dejaron el espacio a los cantantes.

En la actualidad está conformado por 50 barítonos, tenores, sopranos, mezzosopranos y bajos. Suelen presentarse la mayoría de las veces en planteles militares y en teatros privados o institucionales como el Auditorio Nacional y el Palacio de Bellas Artes.

Su repertorio es de música clásica mexicana de todo tipo. Cantan piezas militares, cívicas y obras de todos los géneros: mariachi, romántica, folclórica, jazz y blues. Tienen actividades diariamente en alguno de los campos militares de la Sedena.

Con bigote y barba recortados

El capitán primero músico Rubén Darío Estrada Corona, director de la Orquesta Sinfónica de la Sedena, comenta que la agrupación se formó en 1996, como una iniciativa de la corporación para poder difundir la cultura musical entre el personal militar, sus derechohabientes, así como en la población en general.

Actualmente cuenta con 50 músicos de carrera que prestan su servicio al Ejército. Se presentan en los auditorios de la Sedena, como el que está en el Colegio Militar, ubicado entre el Metro Popotla y Metro Colegio Militar.

Al igual que el Coro se han presentado en el Palacio de Bellas Artes, el Auditorio Nacional, en la Sala Ollin Yoliztli y en los teatros más importantes del país. El repertorio que los caracteriza abarca el género sinfónico, pero también música nacional, internacional, latina. Entre sus giras más representativas se encuentra la que hicieron en 2010 como parte de los festejos del Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia.

El sargento primero Arturo Laniz Chichino es primer violinista de la Orquesta Sinfónica de la agrupación. Se integró a ella en 1997; antes estuvo en la Orquesta Sinfónica del Estado de México y en la Orquesta Sinfónica Carlos Chávez.

Para él estar en la Orquesta de la Sedena equivale a ser disciplinado y tener una excelente presentación personal. “En cuestiones musicales no hay ninguna diferencia respecto a otras agrupaciones. Nos exigen estar presentables: bien vestidos, con el bigote y la barba bien recortados”, dice.

Arturo decidió estudiar música porque siguió una vieja tradición familiar que le antecede cuatro generaciones. “Mi bisabuelo fue violinista, mi abuelo y dos tíos más fueron trompetistas”.

No sabe por qué escogió el violín como instrumento, pero sí tiene claro que es como un amigo. “Mi relación con el violín es la de una pareja. Él también tiene su personalidad y carácter. Tengo que convivir con eso. No me peleo, pero negocio. A veces su carácter es frío. Uno intenta interpretar una obra y a veces no se deja. Es más difícil que las mujeres”.

Lo más atractivo de trabajar en la Orquesta Sinfónica de la Sedena, recuerda, fue una gira en 1999 que hizo por España, para conmemorar uno de los aniversarios de las Fuerzas Armadas Españolas. “Fuimos la única orquesta extranjera que participó”.

“Luchamos con música”

La Banda Sinfónica de la Policía Federal se formó en 2007. Está a cargo Luis Manuel Sánchez Rivas desde octubre de ese año. Luis Manuel, al igual que el resto de sus 63 compañeros, son músicos de carrera. La carrera policial la han hecho con diferentes cursos que les han impartido dentro de la corporación.

“Nosotros luchamos con música dando conciertos en escuelas, en asilos, en instituciones culturales y sociales. Los cursos que nos han dado están encaminados a aprender lo que representa ser un policía federal en México”, comenta.

Su repertorio es similar al de las otra agrupaciones. Su sello distintivo es que adecuan el repertorio a las distintas temporadas del año y fechas significativas. “Si estamos en abril, interpretamos música para niños, por ser ese el mes del niño”, dice.

La banda tienen alrededor de 80 presentaciones anuales. La mayoría de ellas en el Distrito Federal, pero han participado en festivales en ciudades como Guanajuato y Ciudad Juárez.

“En Ciudad Juárez estuvimos hace mes y medio. Compartimos el escenario con niños de la calle que han sido recuperados de la droga y el alcohol. La experiencia fue muy buena porque se juntaron dos mundos diferentes y nosotros interpretamos piezas que ellos compusieron”, explica.

Claves

••• Larga experiencia

• La Banda Sinfónica de la Marina se formó en 1941

• El Coro de la Sedena se integró formalmente en 1991

• La Orquesta Sinfónica de la Sedena en 1996

• La Orquesta de Alientos de la PF en 2007

Emiliano Balerini Casal

TEMAS RELACIONADOS:

|