Humberto Moreira: una historia más…

2011-11-07

En esta ocasión contaré una historia personal con el exgobernador Humberto Moreira, era el año de 2008, cuando mi amigo, el exdiputado federal, Óscar Mohamar Dainitín, me invitó a Saltillo para apoyarlo en su candidatura a la alcaldía de ese municipio; después de tener varias reuniones con panistas, escuché detenidamente la historia de ese singular personaje, y lo primero que les dije fue “parece que Coahuila vive en 1940, este gobernador es un señor feudal”, y vaya si lo era, todos sus hermanos, hasta su mamá estaban en el gabinete municipal, estatal, en el PRI y en el sindicato de maestros, el más rancio patrimonialismo jamás visto en pleno siglo XXI.

Al otro día, pues como es costumbre ofrecí una rueda de prensa dando mi opinión sobre el entorno electoral próximo en el estado de Coahuila gobernado por un ser de otra época política, además el análisis de medios que tenía era algo similar a lo que fue la Unión Soviética en los años setenta, el férreo control mediático (el fidelato era cosa de niños, con sus textoservidores), pues después de esto vino una sobrerreacción del señor feudal, Moreira, y como es un pobre profesor rural, dijo “que me iba a demandar porque un veracruzano no tenía nada que hacer en su estado” (sic), el ignorante hombre jamás ha leído la Constitución Política donde establece el libre tránsito de cualquier mexicano, y no en mi calidad de diputado federal, así empezó su maquinaria soviética mediática sobre mi persona.

Le dije a mi amigo Óscar, “oye, me voy a venir a hacer política aquí, en tu estado, está facilito engancharse con el gobernador, ya soy el enemigo público de su gobierno”, pero esto era tan sólo el comienzo; mi amigo Óscar Mohamar, dos días después (sábado) tenía un evento donde vendería cemento subsidiado, eran dos camiones de ese material, y al referido acto (en el cual ya no estuve, porque tenía un mitin en el PAN de Coyoacán), llegaron los porros del PRI, tiraron el cemento y golpearon a la gente, saliendo con heridas reporteros, inclusive una niña estuvo en coma durante 15 días (¡vaya forma de hacer política!).

Al otro día, salieron en todos los medios impresos (se rompió por un día el control), particularmente el periódico “Palabra”, filial del Norte y Reforma (al cual después lo desapareció Moreira), señalaron con nombres y apellidos a los agresores, la respuesta del paleolítico gobernador Moreira fue decir “el autor intelectual y material fue el veracruzano De la Torre” (sic), por supuesto que respondí a la acción porril de ese personaje en todos y cada uno de los medios de comunicación de Coahuila, refutando sus dichos, por supuesto que el profesor Moreira fue corrido por porro en la primera Normal que estudió, pues únicamente le recordé que su pasado era su presente y seguramente su futuro era comportarse como un porro (y vaya que no me equivoque).

Pero ¿qué paso después?, fui la estrella de todos los columnistas locales, allí hicieron mi segunda biografía política, claro con ayuda e información del fidelato (tal para cual), además el gobierno de Coahuila solicitó a la Cámara de Diputados, toda la información necesaria, si tenía chofer, automóvil de la Cámara, presupuesto, préstamos, sueldo, asistencia al pleno, iniciativas, todo absolutamente todo, cuando la autoridad administrativa me informó sobre la petición de esa información, le dije “proporcione toda la información”, y para su sorpresa, tanto mi conducta responsable como legislador y el cúmulo de iniciativas de ley que había presentado (22 en total), las intervenciones en tribuna y mi participación en todas las comisiones ordinarias, extraordinarias, especiales y en los comités (7 en total), hacían que mi trabajo legislativo fuera incuestionable. A pesar de esto estuve durante 15 días siendo el político más atacado en esa entidad.

Se preguntarán y que pasó con el PAN, pues le comenté a Héctor Larios, Coordinador de la Bancada, a Rogelio Carvajal, Secretario General del CEN del PAN, y al Subsecretario de Gobernación, Cuauhtémoc Cardona y no hicieron nada, y a los tres premonitoriamente les dije, “deben parar al señor feudal, será un dolor de cabeza en los próximos años”.
Finalmente, Humberto Moreira tiene sus días contados al frente del CEN del PRI, eso era algo natural porque con un personaje premoderno como Moreira sucumbiría en un ambiente político competitivo en el plano nacional, donde lo que se necesita es inteligencia, racionalidad y prudencia, algo de lo que carece este singular personaje.