¿SON LO MISMO, O PEOR?
Eduardo Coronel Chiu
Asuntos Públicos
2020-12-11
A pesar de la pretendida superioridad moral de los funcionarios políticos de Morena, sus golpes de pecho, decálogos y cartillas, el imperativo » no robarás», sus aires de santones inmaculados y su postulado contraste con sus predecesores- los corruptos del viejo régimen- en los hechos de su actuación en el servicio público no se distinguen gran cosa.
Ni por su jactancia de » honestidad» , tampoco por su eficacia y eficiencia; los resultados de su pobre gestión son inocultables, la triple crisis concurrente, el desplome económico, la violencia criminal incontenible y la pandemia de covid-19 y las muertes por su causa, aún al alza con todo y los cambios de semáforos y la expectativa de la vacuna. Dos años perdidos.
Al primer año los conocimos, al segundo lo confirmamos. En ese lapso transcurrido desde que llegaron al gobierno federal y del estado encontramos todas las variantes de la corrupción; el nepotismo- la prima Felipa en los contratos de Pemex y el hermano Pío en la impunidad de las investigaciones- el primo Eleazar del gobernador Cuitláhuac García como subsecretario de Finanzas, por citar solo algunos; de las torceduras a la ley, hay igual numerosos ejemplos, allá y acá- algunos revertidos por la Suprema Corte como la Reforma Electoral, otros permanecen aún de facto bajo el simulacro legal, como la designación de la Fiscal del Estado y la destitución de la magistrada Sofía Martínez Huerta de la presidencia del Poder Judicial y las complicidades en la corrupción de las Ciudades Judiciales; impunidades, abusos y excesos que dan para un ensayo, una serie o un largo reporte de investigación. Para otra ocasión
ADJUDICACIONES DIRECTAS Y CORRUPCIÓN
Veamos esta vez una antigua fórmula nociva de la administración pública para sacar raja de los recursos públicos, favorecer a determinadas empresas, proveedores y contratistas, eludiendo la competencia y entregarles sin vueltas el contrato que accede al dinero público. Las adjudicaciones directas, como se les conoce, entrañan una extrema discrecionalidad, se le identifica como un foco de corrupción en las observaciones de sentido común y en todos los análisis de las buenas prácticas de Gobierno.
Pese a la normatividad- prevista en la Constitución de la República- que establece como regla general la Licitación Pública o concurso abierto de postores con sus ofertas técnicas y económicas, lo que permite evaluar y seleccionar la mejor opción de mercado, los funcionarios se las arreglan para eludirla, la burlan entre la manipulación de » excepciones » que se vuelven regla o de plano descaradamente. En ocasiones se fraccionan los montos de los contratos y recurren a un concurso restringido, la invitación de cuando menos tres proveedores o contratistas, filtro controlado que ya les permite el arreglo del resultado, acomodan la selección de los tres participantes, que bien pueden ser pantallas y convenir alternarse en los fallos de asignación.
Pero la que no tiene pierde, ni de tiempo, ni de ganador es la adjudicación directa, el método favorito de la 4 T allá y acá.
EL METODO FAVORITO DE AMLO, LO SUPERA CUITLÁHUAC
El Gobierno de AMLO supera a los gobiernos anteriores en el uso de las adjudicaciones directas. Un estudio reciente de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad(MCCI) realizado a partir del análisis de la base de datos de COMPRANET- el sistema público federal- de compras gubernamentales y la Secretaria de Hacienda, detectó que el 79.8% del total de contratos de compra, arrendamientos o construcción celebrados en 10 meses de 2020 se otorgaron por adjudicación directa. De 120 mil 102 contratos, 95 mil 887, no se concursaron, 8 de cada 10 contratos, fueron por » dedazo». (Adjudicaciones Directas: SFP Promete Menos Adjudicaciones Directas, pero vamos rumbo al récord de la década, Leonardo Nuñez, contralacorrupción.mx)
Pues Cuitláhuac García rebasó a su jefe AMLO. Batió el récord. No hizo falta aquí ningún estudio de bases de datos, con candor la Contralora General del Estado Mercedes Santoyo lo confesó ante Diputados locales el pasado lunes. En 2020, el gobierno del estado contrató por adjudicación directa el 99.02% de las adquisiciones de bienes y servicios; no dio ella el porcentaje, su ingenuidad no llegó a tanto; solo reveló que de 19 mil 591 operaciones de adquisiciones 19 mil 400 fueron por adjudicación directa ¿ se le habrá ocurrido sacar el porcentaje y las implicaciones de su » informe»?
En los medios locales, esa fue la nota del día; ayer que la publicó Reforma en primera plana, con reacciones críticas de expertos en combate a la corrupción, Cuitláhuac y su Contralora fueron noticia nacional. Hasta el senador del PAN Julen Rementería se enteró,( parece que solo sabe de Veracruz por los medios nacionales) y pidió a la Auditoria Superior de la Federación (ASF) investigue los contratos directos del Gobierno del Estado, también lo pidió al Órgano local de Fiscalización, (ORFIS)lo cual carece de sentido, ya que su titular, no es autónoma, Delia González Cobos es agente de MORENA
SIN TRANSPARENCIA, EL IVAI ENCUBRIDOR
Aunque existe el Derecho a la Información consagrado en favor de toda persona en el Articulo 6 de la Constitución Política de la República y sus leyes reglamentarias, y la obligación de las autoridades de hacer públicos los recursos que ejerzan, en la práctica resulta difícil hacerlo efectivo. Es el caso de Veracruz.
La resistencia a informar y ocultar sus operaciones del gobierno de Cuitláhuac García tiene su ejemplo emblemático desde su primer año, cuando, alegó infundados motivos de seguridad para negar la apertura del expediente de la adquisición de 160 patrullas para seguridad pública a un costo de 208 millones de pesos, un notorio sobreprecio, contratado por adjudicación directa; fue forzado a hacerlo, en respuesta a solicitudes ciudadanas de acceso a la información, por los anteriores Comisionados del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información (IVAI).
En corto plazo, se la cobró, la entonces presidenta del IVAI Yoli García, al concluir su periodo, fue aprehendida, bajo supuestos cargos de abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal, y no obstante que tales delitos no son graves, y podría seguir el proceso penal en libertad, con la complicidad del Poder Judicial, le decretaron prisión preventiva necesaria por dos años. Enseguida amedrentaron a los otros dos comisionados, que renunciaron » voluntariamente » , y dejaron la via libre para asaltar la plaza; el Secretario de Gobierno Eric Cisneros colocó a su jefa de unidad de Transparencia, la ex periodista Naldy Patricia Rodriguez, como comisionada presidenta del IVAI – junto con otros dos delegados del gobierno del estado, Magda Zayas y José Alfredo Corona, para asegurar el control y el encubrimiento, como lo han venido haciendo desde junio de este año.
Si desde antes las dependencias del gobierno del estado eran obscuras y escaseaba la información obligatoria de transparencia , y la mayor parte de las respuestas a solicitudes de acceso a la información eran negativas, la pandemia y Naldy las cayeron como anillo al dedo ( diría su clásico)
Un claro ejemplo lo dio el coordinador de comunicación social Ivan Joseph Luna en su comparecencia ante diputados el viernes pasado. Con todo cinismo y confiado en la impunidad, Iván el Obscuro, reconoció no haber actualizado la información pública a que está obligado por más de año y medio, en flagrante violación al derecho a la información de los veracruzanos.
RENDICIÓN DE CUENTAS, PENDIENTE
La rendición de cuentas es un componente del sistema democrático. Los servidores públicos electos o designados por quienes recibieron un mandato popular deben ejercer los recursos conforme a la ley para los fines que están destinados, y dado que éstos recursos proceden de los contribuyentes, los servidores públicos están obligados a explicar y justificar cómo los usaron y abrir la información a los ciudadanos para que estos puedan saber y comprobar que fueron correcta y legalmente usados.
¿ Quienes son los beneficiarios de los contratos que al 99% adjudicaron directamente ?
Alguna vez se sabrá, no será sencillo por ahora. Y eso que » no saben robar», ¡ que sí supieran. !