Amparos federales en el Sur: la luz en el camino de la impunidad

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Crimen pasional.
Pleito por celos entre jóvenes exitosos; ejecutivos de empresas trasnacionales en un Coatzacoalcos que se desarrolla en lo económico y flaquea en materia de procuración y aplicación de justicia.
Protagonista uno, la víctima mortal: Arturo Casados Rodríguez, gerente de la Volkswagen, empresa que remodela y agranda sus instalaciones en la avenida Zaragoza de Coatzacoalcos, bajo un contrato con la constructora Gutiérrez de Velasco; apellidos que huelen a poder, a cuentas bancarias millonarias, a nexos políticos primero con el PAN y ahora con el Congreso de mayoría priista en Veracruz.
Protagonista dos, el presunto autor intelectual del asesinato: Hermilo Amador Ríos, gerente de la Coca Cola, egresado del Colegio Tepeyac de Poza Rica, su ciudad natal y de la Universidad del Golfo de México en Tuxpan; nieto de un reconocido médico veterinario en la ciudad que décadas atrás fue la capital nacional del petróleo y hoy sobrevive del comercio y los cada vez más escasos empleos en PEMEX.
Los hechos: el 24 de septiembre del 2013 Arturo sale de su domicilio particular, se dirige a su automóvil para acudir a la empresa a su cargo. Su esposa lo observa desde la puerta y mira cómo dos jóvenes a bordo de una motocicleta se detienen junto a su marido y uno de ellos acciona un arma cuyo proyectil le arrebatará la vida y a ella la enviará a trabajo urgente de parto, acelerado por la tragedia de su viudez violenta.
Protagonista tres, la impunidad: enteradas las autoridades ministeriales de la presunta autoría intelectual de Hermilo Amador Ríos -quien habría pagado 20 mil pesos a los asesinos “para darle un susto” a Arturo Casados Rodríguez, involucrado sentimentalmente con su esposa- tramitan su detención.
Sin embargo, el 7 de octubre del 2013 y con un amparo otorgado por el juzgado 9º de Distrito con sede en el Palacio Federal de Justicia de Coatzacoalcos, el presunto asesino intelectual se presentó ante el Juez Primero de Primera Instancia, a declarar en torno a la causa penal 493/013 que atiende la muerte de su rival.
Meses más tarde –suficientes para marchar, esconderse, rehacer la vida en el contexto de la protección familiar- de nueva cuenta el Juzgado 9º atendió el caso y esta vez negó de fondo el amparo al indiciado Hermilo Amador Ríos, lo que le convirtió en prófugo de la justicia.
Es decir: el mismo Juzgado Federal que amparó a un acusado por la autoría intelectual de un asesinato y evitó que se le detuviera cuando se le podía detener, tres meses más tarde le retiró el amparo cuando ya no era posible su captura.
Esta decisión del 9º de Distrito se hizo pública el 27 de diciembre del 2013, cuando el acusado ya no era gerente de la Coca Cola y ya no vivía en Coatzacoalcos.
Así las cosas hasta la fecha la PGJ –orden de aprehensión en mano- sigue preguntando a quien quiera escucharle: ¿dónde se encuentra el celoso homicida pozarricense?

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¿Crimen pasional?
El asesinato del Pastor Claudio Martínez, líder espiritual y administrador de la Comunidad de Dios, una Iglesia ubicada en la colonia Petrolera de Coatzacoalcos, tiene todos los tintes de un crimen gestado en el contexto de las pasiones humanas: el celo, el odio, el rencor, el dolor desatado por la traición.
Más de 30 puñaladas colocadas sobre su humanidad, algunas de ellas en las partes pudendas; ayes que duraron una eternidad, captados por vecinos de un asentamiento humano de la clase media alta y un sector de la clase alta porteñas, le dieron el cariz de la venganza al caso.
No obstante, otra vertiente, siempre minimizada, alejada en todo momento de las declaraciones oficiales, palabra casi prohibida, vuelta murmullo de café y perspicacia popular, ha cubierto la historia de este crimen desde la sangrienta jornada de aquel 17 de junio del 2013. Se trata de la política.
Dos semanas después del asesinato del Pastor Claudio se realizaron las elecciones municipales intermedias en Veracruz.
La muerte del líder religioso porteño sacudió a la sociedad sureña en todos los sentidos.
Los candidatos y sus figuras, sus discursos, sus actividades pasaron al segundo nivel de interés de los lectores, televidentes y radioescuchas.
La noticia bomba fue desde aquel día y hasta bien pasados los momentos electorales, la relativa al caso de un joven Pastor apuñalado en su casa y con su esposa –Luz Margarita Enríquez Reyes, La Pastora Lucy- como único testigo…CONTINUARA