Héctor en desventaja, ¿empatará el marcador?

Prosa aprisa Arturo Reyes Isidoro

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-07-15

¿Javier Duarte 1-Héctor Yunes 0?

Finalmente, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, con todo y sus asegunes, ha entregado buenas cuentas electorales a su partido y al jefe de su partido, el presidente Enrique Peña Nieto. No ha corrido la misma suerte el senador Héctor Yunes Landa, delegado de su partido en Baja California, donde se disputó la joya de la corona de todo el proceso electoral local que tuvo lugar en 14 entidades del país, pues ahí estuvo en juego la gubernatura y el PRI la perdió.
Duarte confió-presumió a un grupo de periodistas la tarde del pasado viernes, a los que invitó a comer en la Casa Veracruz, que incluso Emilio Chuayffet, secretario de Educación pero también “enlace específico” del Gobierno federal con el del estado de Veracruz, lo felicitó y le dijo que le había “callado la boca” a más de uno en el altiplano, se entendería que porque no creían que fuera a salir bien.
No es que se haya tratado de una competencia entre Duarte y Yunes (de los Yunes “buenos”, ja), pues uno es gobernador y el otro aspira a serlo, pero, como es común en política y entre políticos, no deja de haber sus piques por las diferentes corrientes que representan, aunque antes las cámaras posen sonrientes como verdaderos “brothers” partidistas, pique alimentado por las versiones de algunos interesados y de algunas columnas periodísticas de que el cordobés dejaría la gubernatura y el de Soledad de Doblado lo sustituiría.
¿Ganó Duarte? Obtuvo lo que quería: la mayoría en el Congreso local –“tengo el Congreso con el que todo gobernador soñaría”–, esto es, la gobernabilidad, que ojalá y sea para bien de Veracruz y de los veracruzanos, es decir, que las iniciativas de Ley y de reformas que se propongan tengan verdadero sentido social y no sean para “atorar” a la población con medidas lesivas y antipopulares.
De pilón, ganó la mayoría de las presidencias municipales, se podría afirmar que la gran mayoría si se toma en cuenta que todos los chiquipartidos, los partidos satélites más el PRD rojo (del amarillo ya casi no quedó nada), más el PAN aliado van a jalar con él y no sería raro que varios o muchos de ellos con el paso del tiempo se pasen a las filas tricolores, lo que lo lleva a decir que ya le “pavimentó” el camino a quien habrá de sucederlo en 2016, pues puso el pavimento político “con guarniciones, banquetas, jardineras, señalética y alumbrado” (la gestión de estos alcaldes terminará en 2017, un año después de que concluya el de Duarte).
¿Ganó Héctor? Perdió si lo hace uno corresponsable de la estrategia y operación política para las que fue enviado como delegado por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI a Baja California y, sí, no deja de ser un descalabro para él porque era la primera gran prueba electoral del gobierno priista de nuevo en la Presidencia, el de Enrique Peña Nieto, que, se supone, debía estrenarse con un triunfo en lo que de mayor valor político estaba en disputa.
Pero, ¿perdió en todo? Ya se verá con el paso del tiempo. Por ejemplo, habría que considerar que trabó muy buena relación con Jorge Hank Rhon, quien aspiraba a ser el candidato a la gubernatura y ahora debe estar diciendo ya ven se los dije, que, ciertamente, es una verdadera fichita al grado que el gobierno de los Estados Unidos le retiró su pasaporte, pero quien sigue teniendo peso específico político y sobre todo económico en el país, que mucho serviría a Yunes Landa si alguna vez requiere de fondos en efectivo.
E igual, mantuvo constante y estrecha comunicación con el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, y con el propio presidente Peña Nieto, también corresponsables de la derrota tricolor, quienes mejor que nadie saben del trabajo del veracruzano y quienes habrán de calificarlo según ellos crean que se aplicó o no, qué quiénes mejor que ellos saben lo que realmente pasó, e incluso si se negoció la victoria del PAN y la derrota del PRI con tal de que continúe sin sobresaltos el Pacto por México y los azules aprueben las reformas energética y fiscal por venir, que son el gran propósito del Presidente y por las que seguramente hasta entregaría otras gubernaturas.
De todos modos, por lo pronto, deportivamente hablando, el marcador ha quedado Javier Duarte 1-Héctor Yunes Landa 0. ¿Empatará Héctor el marcador en el minuto 2016?
Denisse Uscanga
Llego al edificio de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y en la explanada por donde se entra me caen encima una buena cantidad de “güigüis” de casas de préstamo (en la Ciudad de México se les conoce mejor porque ofrecen servicios de “chicas de ocasión y de placer”), que me ofrecen unos volantitos ofreciéndome préstamos en efectivo a cambio de “cómodas mensualidades” y “atractivos intereses”.
Tal cantidad de hombres y mujeres dispuestos a atraer a maestros y maestras para chuparles la sangre económica me hace pensar que eso de que una vez que pasaran las elecciones se reactivarían los préstamos del Instituto de Pensiones ha sido puro cuento, pues los comicios ya se realizaron y los ejemplares y esforzadores profesores tienen que seguir cayendo en manos de estos verdaderos asaltantes sin que nadie haga nada por aliviarles su situación (también a la entrada del IPE hay “güiguis” prestando a rédito y nadie del gobierno se inmuta).
Pero ya adentro del edificio de la SEV me alivia y me reconforta encontrarme con servidores públicos como la Subsecretaria de Educación Media Superior y Superior, Denisse Uscanga Méndez, atenta, diligente y sensible, trabajando, atendiendo y resolviendo un mundo de casos de fin de ciclo escolar y del próximo inicio del nuevo, en pleno periodo vacacional, actitud suya que da de qué hablar bien tanto de la Secretaría como del Gobierno del estado, esto es, de Adolfo Mota Hernández y de Javier Duarte de Ochoa.
Yo sí en plenas vacaciones tengo tiempo para deambular por la SEV y recibo las atenciones de Ricardo Cinta García Teruel, hoy eficaz administrativo en la Subsecretaría de Desarrollo Educativo, a cargo de Nemesio Domínguez, quien además fue compañero mío hace muchísimos años en el Diario de Xalapa, así como de Gustavo Martínez, secretario particular de Adolfo Mota.
Colaboraciones irregulares
Mis colaboraciones en este periodo vacacional serán irregulares. Qué disfruten sus vacaciones.