“Error administrativo” de alto costo

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-08-14

No habían pasado menos de diez días de la elección del 7 de julio cuando el pasado 16 de ese mes el alcalde electo de Coatepec, Roberto Pérez Moreno “Juanelo”, decidió retornar a su curul en el Congreso local, de la que se había separado para contender como candidato del PRI a la alcaldía de su municipio.
Ese día, en el salón de plenos extrañó ya no ver a su suplente Carolina Galván Galván sino a Juanelo, quien de esa forma metió en un brete legal a su partido y él se metió en camisa de once varas pues a consecuencia de ello está a punto de perder en los tribunales la Presidencia Municipal que ganó en las urnas.
¿Qué lo llevó a retornar casi de inmediato, luego de las elecciones, al Congreso? Que se sepa, es un hombre con muy buena posición económica, aunque los más de cien mil pesos libres de polvo y paja que gana como diputado no son nada desdeñables. ¿Le ganó la ambición económica?
Pero también cabría especular que lo hizo motivado por un exceso de celo en el cumplimiento de su compromiso con los ciudadanos que lo llevaron a la diputación… aunque ello implicara un rechazo a quienes lo acababan de elegir alcalde. En pocas palabras, su ignorancia supina, pues violó el Código Electoral del estado. Él lo llama “un error administrativo”.
Su caso había pasado inadvertido para la generalidad, pero no así para el PAN, que lo pilló haciéndose fuera de la bacinica electoral, lo que denunció públicamente el representante blanquiazul ante el Instituto Electoral Veracruzano (IEV), Agustín Basilio de la Vega, el lunes 29 de julio.
El ex delegado de la SCT recordó que el artículo 9 del Código dice que en caso de que algún servidor público de la Federación, Estado o Municipio en ejercicio de autoridad se haya separado de su cargo, empleo o comisión para contender a un cargo de elección popular y resultara electo, para el mismo deberá decidir cuál quiere desempeñar, y una vez asumido éste, se entenderá que renuncia al otro.
Una vez hecho público el caso, como siempre se trató de salir con las acostumbradas chicanadas buscando justificar lo injustificable, arguyendo que la solicitud de licencia de Juanelo “ahí está”, pero ni como negar que en efecto regresó a su curul, pues el mismo día que lo hizo lo realizó con estridencia descalificando una iniciativa de su suplente, quien la había presentado para declarar patrimonio cultural intangible la xiqueñada, es decir, el soltadero de vacas por las calles de Xico como lo hacen en Pamplona, así como las corridas de toros.
En aquella ocasión, Pérez Moreno aclaró a los reporteros que su reincorporación a la curul no tenía que ver con la propuesta presentada por su suplente, pues dijo que ya tenía previsto retornar a la diputación para esa fecha. A confesión de parte, relevo de pruebas.
Ante las evidencias, aunque a regañadientes, el PRI aceptó en principio la irregularidad, pues el representante tricolor ante el IEV, Rey David Rivera Barrios, declaró que en caso de que la autoridad jurisdiccional determine que Pérez Moreno no será presidente municipal por haberse incorporado a sus actividades legislativas, será el suplente quien asuma el cargo.
A decir del propio Juanelo, este miércoles los magistrados del Tribunal Electoral del Estado de Veracruz deberán emitir el resolutivo correspondiente, y se conocerá entonces si llega a la alcaldía coatepecana o paga el error que cometió, yéndose a su casa.
Pero lo que queda claro más allá de esa circunstancia es la calidad de muchas personas que llegan como diputados locales, se supone que a legislar, a hacer leyes, cuando ellos mismos desconocen e ignoran totalmente las que están vigentes, incluso las que por conveniencia propia debieran manejar al dedillo.
Lo preocupante es que el caso es la generalidad, lo mismo en los diputados del PRI que del PAN y del PRD y ya ni se diga de los partidos satélites, de los chiquipartidos, que no son más que unos títeres y que sólo van a aprobar lo que les ordenan pero sin estar nunca conscientes del alcance o de la gravedad de lo que aprueban.
En la camada que está por llegar al recinto legislativo, no se sabe de alguno que sea especialista en derecho o en temas legislativos, e incluso una buena parte son políticos improvisados, de última hora, que si ahora mismo les preguntaran por el contenido del ordenamiento legal federal o del estado no sabrían ni el bando municipal más elemental y pensarían que les están hablando en marciano.
Lamentable y tristemente esa es la realidad política de nuestro estado y hasta calosfríos da pensar en manos de quién estamos en materia legislativa.
En su mismo caso está su compañera de partido, Ludivina Ramírez, de Cerro Azul, quien también puede perder por default la alcaldía de aquel municipio de la huasteca.
Pero queda claro que si ellos, todavía diputados, tuvieran el más elemental conocimiento de la legislación, en este caso la electoral, no estuvieran en la situación en que se encuentran. Y pensar que son quienes “legislan” a favor de los veracruzanos.
Ampudia salió por la puerta principal
Entre tanto alboroto que se armó el lunes en Palacio de Gobierno, pequeños pero significativos detalles pasaron inadvertidos para casi todos. Por ejemplo, el agradecimiento público que hizo el gobernador Javier Duarte de Ochoa al saliente Subsecretario de Gobierno, Enrique Ampudia Mello, a quien le deseó suerte en su nuevo encargo en el Gobierno federal. Ampudia, una vez concluido su encargo, se retiró de Palacio por la puerta principal, la puerta grande, lo que no deja de tener su simbolismo. Ya afuera, en el parque Juárez recibió el saludo de todos a quienes se encontró a su paso. Otro detalle del gober, que habla bien de él, es que en la ceremonia protocolaria de los nuevos nombramientos, ubicó a su derecha al Secretario de Gobierno saliente, Gerardo Buganza Salmerón, cuando ya el lugar le correspondía a Erick Lagos Hernández.