Arredondo le mete ruido al proceso

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-08-06

(Sí, siempre sí entra en esta camada de cambios Fernando Charleston Hernández. Este martes presenta solicitud de licencia para dejar el cargo de diputado federal, solicitud que deberá ser aprobada mañana. Enseguida asumirá la titularidad de la Secretaría de Finanzas y Planeación.)
¿Qué, exactamente, aparte de lo que dijo quiso decir Raúl Arias Lovillo con eso de que ante el proceso sucesorio de su rectorado en la Universidad Veracruzana, los universitarios “en ningún sentido buscan regresar al pasado”?
Esa declaración, publicada en el Diario Vespertino 6 en Punto el pasado 22 de mayo ha sido tomada en el medio universitario como una señal de ruptura y de rechazo al regreso de su antecesor y padrino Víctor Arredondo Álvarez ante su intención de volver de nuevo a la Rectoría.
Este es sólo uno de muchos ángulos que ofrece el escenario en que se da el proceso para designar a quien será la nueva máxima autoridad universitaria, que de hecho culminará el próximo 28 de este mes cuando se dé a conocer el nombre del elegido, quien deberá rendir protesta el 3 de septiembre.
De los diez aspirantes que se registraron, es precisamente Arredondo Álvarez quien mete ruido al proceso tanto por sus méritos como por los cuestionamientos que se le hacen a la actuación que tuvo cuando ocupó el cargo, pero, más, ante el embrollo de tipo legal en que se podría ver envuelta la Junta de Gobierno si lo designara y el resto de los aspirantes se amparara y apelara a la Ley Orgánica de la UV, concretamente en lo que hace al contenido de los artículos 36 y 37, como empieza a trascender que buscarían hacerlo.
(El artículo 36 establece: “El Rector será designado por la Junta de Gobierno y durará en su cargo cuatro años, periodo que podrá prorrogarse por una sola vez”, disposición que se reproduce en el artículo 10 de la Ley de Autonomía; mientras que el artículo 37, fracción III, señala que: “Para ser Rector se requiere: … III. Tener cuando menos cinco años de servicio docente, de investigación o de difusión de la cultura y extensión de los servicios, preferentemente en la Universidad Veracruzana… “, condición que no cumpliría Arredondo porque cuando se fue a la SEV renunció con carácter irrevocable al cargo de Rector y dejó de tener relación jurídica alguna con la UV.)
A partir de ayer y hasta el día 15 los miembros de la Junta recorren los campus en el estado para auscultar a los miembros de la comunidad, con miras a determinar quiénes serán los finalistas, que puede ser una terna o que, bien, como en la política, puede ser una terna de cuatro o de cinco o de todos los que se inscribieron, que deberá ser dada a conocer el día 16.
El camino, siendo tan corto (apenas se reduce ahora a 22 días más) está lleno de espinas… de dudas, de las que ya se verá si los notables de la Junta, apenas ocho (la elección es lo más antidemocrático que hay, pues se ignora el voto de la mayoría de los universitarios), salen indemnes, pues hay un recelo general de que la designación se hace por dedazo político, como si se tratara de un candidato más del PRI, lo que tendrá que demostrarse que no es cierto.
Una duda razonable –creo yo– es, por ejemplo, por qué no el mismo día 26 de agosto, cuando los notables entrevisten a los finalistas, al final deliberan y dan a conocer ahí mismo al elegido, porque la normatividad dice que ese momento lo deberán reservar hasta para el día 28, dando pie a suspicacias de que en esos dos días de diferencia alguna autoridad externa vete al elegido o haya presiones para que se modifique una decisión tomada.
¿Elección del nuevo rector bajo sospecha?
Seguramente los miembros de la Junta están informados y conscientes de esa sospecha que recae sobre la designación del Rector, de que la duda es generalizada de que de veras se actúa con independencia y autonomía, y creo que ello obedece a lo siguiente:
Pudo ser para no dejar un vacío informativo en domingo y en pleno periodo vacacional; pudo ser para ganar espacios y salir publicados el lunes en los medios impresos; pudo ser porque está en marcha la cuenta regresiva y la sospecha persiste.
Lo único cierto es que el domingo 28 de julio, el órgano colegiado emitió un comunicado de prensa hasta cierto punto un tanto extraño, algo equivalente a una explicación no pedida, para reafirmar que el proceso de designación del rector para el periodo 2013-2017 “se efectúa y seguirá efectuando en irrestricto ejercicio de la autonomía universitaria y con toda transparencia”.
Llamó la atención que el presidente y único vocero acreditado de la Junta, Adalberto Tejeda Martínez, asegurara que el órgano “garantiza que el importante proceso que hoy se lleva a efecto en la Universidad se ha realizado y se continuará realizando en total ejercicio de la autonomía y el buen autogobierno universitarios”.
“Es menester subrayar cuantas veces sea necesario que la Junta de Gobierno de la UV garantiza a la comunidad universitaria y a la sociedad en general una actuación honorable, apegada a la legalidad y completamente autónoma en el presente proceso”.
¿Por qué tanto interés en hacer esa aclaración no pedida?
¿De dónde puede venir la sospecha o la creencia de que Víctor es el “bueno” y de que su designación ya está decidida? Podría estar incidiendo lo siguiente:
¿Apoyo oficial deliberado?
A inicios de noviembre de 2012 la Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado envió para su publicación una fotografía donde se le ve con el gobernador Javier Duarte de Ochoa en una gira de trabajo por Córdoba.
En aquella ocasión, el propio Ejecutivo destacó su presencia y recordó que Arredondo fue quien diseñó el esquema de Centros Rébsamen para elevar el nivel profesional de los profesores. Escribí entonces en “Prosa aprisa”: “… y la pregunta es si había necesidad de llevarlo… a menos que se le hubiera querido ventanear, balconear, exhibir como un adelanto de lo que vendrá”.
Luego, el pasado 3 de abril, durante el Foro Nacional México con Educación de Calidad para Todos, que encabezó el presidente Enrique Peña nieto en Boca del Río, se le sentó en primera fila, en lugar de honor junto al presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Rafael Tovar y de Teresa.
Pero, además, en forma inusual, porque nunca un Secretario de despacho ha tenido tanto espacio ni los demás participantes en el Foro recibieron la misma atención, ni siquiera el presidente Peña Nieto ni el secretario de Educación Emilio Chuayffet, se impulsó con marcado interés tanto en columnas periodísticas como en medios del estado la difusión de la ponencia de Arredondo “Hacia una reforma universitaria enfocada al profesional del siglo XXI”.
Recién, el 12 de julio pasado, en una comida con columnistas, el gobernador Duarte resaltó la buena relación que hubo entre el gobierno del licenciado Miguel Alemán Velasco y el rectorado de Víctor Arredondo Álvarez, lo que algunos interpretaron como un pronunciamiento tácito, aunque también el mandatario tuvo el buen cuidado de decir que no tiene candidato.
Así las cosas, ¿puede ponerse en duda la autonomía de la Universidad? ¿Tienen razón quienes piensan que hay cargada oficial a favor de Arredondo?