¡Hoy! ¡Hoy es el gran día!

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-08-16

¡Hoy!, ¡hoy!, ¡hoy! ¡Hoy es el gran día! (de fondo se escucha el ruido de bombo y platillos y aparecen en escena jóvenes y bellas bastoneras y toda la troupe del espectáculo: trapecistas, malabaristas, equilibristas, payasos, domadores, caballos de alto registro amaestrados, y cierran el desfile Rafa Arias, Porfirio Carrillo, Víctor Arredondo, Manlio Casarín, Sara Ladrón de Guevara, Paco Montfort, Clara Celina, Sergio Natan, Homero Vladimir y Lety Rodríguez, todos contoneándose al ritmo de la banda para llamar la atención a ver quién se lleva el mayor número de aplausos del respetable universitario que desde luneta y las gradas no pierde detalles.
Este viernes la Junta de Gobierno de la Universidad Autónoma Veracruzana (UV) dará a conocer los nombres de quienes llegan a la gran final para suceder a Raúl Arias Lovillo como rector. Puede ser una terna de tres o una terna de dos o de cuatro, al mejor estilo tricolor.
Los guamazos –para usar una expresión de Javier Duarte de Ochoa– han estado a la orden del día, sobre todo entre los grupos que apoyan a Víctor Arredondo Álvarez y a Porfirio Carrillo Castilla, que es decir al delfín de Arias Lovillo, los más poderosos porque tienen recursos económicos suficientes pero también porque uno como ex rector y el otro como secretario académico mantienen la adhesión de grupos considerables al interior de la Casa de Estudios.
A mí, egresado de la UV y trabajador también de la UV, me llama poderosamente la atención que los simpatizantes de unos y de otros, los que han hablado conmigo sobre el tema evidentemente tratando de que escriba a favor de Pedro o de Juan, o de que me sume a algún grupo (“¿No te interesa que te eleven de nivel?”, ha sido uno de los argumentos), jamás me han hablado de los méritos académicos de sus héroes sino que me han dicho que apoyan a equis o a eme para ver qué pueden obtener o que esperan obtener de ellos a cambio de su adhesión.
Menuda tarea es la que tienen los miembros de la Junta de Gobierno, que deberán decidir si se regresa al pasado, si se mantiene la continuidad, si optan por el género o por la juventud.
¿Quiénes forman parte del gran jurado? Los doctores Adalberto Tejeda Martínez, presidente y vocero único en turno, Ricardo Corzo Ramírez, Alberto Javier Olvera Rivera, Elena Rustrián Portilla, José Sarukhán Kermez, Rolando Cordera Campos, Adolfo Martínez Palomo y Carlos Octavio Rivera Blanco.
En lo personal conozco a Adalberto desde hace muchos años. Fuimos compañeros, yo como reportero y coordinador de información y él como colaborador del semanario Punto y Aparte. Se de su honestidad, de su integridad, de su independencia y de su alto nivel académico conformado tanto en universidades del país como del extranjero. No tengo duda de que actuará pensando en lo mejor para la UV, en su futuro, por encima de presiones o intereses personales o de grupo. Que él esté ahí me da confianza como universitario y como ciudadano de que se escogerá a los que verdaderamente tienen los méritos para ser rector o rectora.
Pero también conozco a Ricardo Corzo Ramírez, desde mi época de estudiante en la entonces Unidad Interdisciplinaria de Humanidades, y tengo la seguridad que actuará con toda la honestidad que se requiere en este caso.
No conozco más que por sus trabajos o por sus actividades a los demás, pero por su trayectoria estoy seguro que no serán o no son fácilmente manipulables, o de plano no lo son (no me imagino al doctor Sarukhán recibiendo sumisamente línea o cediendo a las presiones de alguno), por lo que quienes hoy pasen a la final ante el grito y la algarabía de sus fans –y el llanto de algunos o algunas– serán los mejores.
¿Qué sigue después? Las entrevistas de los finalistas con los miembros de la Junta, que concluirán dentro de diez días, el 26, y dos días después saldrá el humo blanco y el clásico Rector habemus, tiempo suficiente para que Víctor y Porfirio, sus tribus, se continúen dando de guamazos y alimentando las páginas de periódicos y portales informativos y sacándose a la luz cuantos trapos sucios puedan, o bien, en el caso de Porfirio, de su padrino Arias Lovillo.
Algo que la lógica indica es que no obstante versiones de que uno ya está amarrado por dedazo político, o de que otro ya presionó a todos por el cargo que actualmente ocupa, nadie se siente seguro, pues de otro modo no se estuvieran promoviendo como locos, mediáticamente, o, en efecto como lo están haciendo, presionando buscando la adhesión de académicos, investigadores y estudiantes. Alguien que ya se sintiera seguro o estuviera totalmente seguro, no haría los desesperados esfuerzos que en especial dos realizan para tratar de influir en los miembros de la Junta.
Sería interesante saber si los miembros de la Junta leen todo el lodo que se tiran o si han preferido blindarse para no distraerse ni contaminarse para la decisión que habrán de tomar. Por lo pronto, nos espera este fin de semana un buen tema para comentar, la nota de ocho columnas está asegurada. Y que siga el ruido del bombo y platillos.
¿Se puede hacer algo?
En Xalapa, en pleno corazón de la ciudad, en la salida del Pasaje Enríquez que da sobre la calle del mismo nombre, al inicio de la semana abrió un negocio más de conocida cafetería. No se ve nada mal, es más, refleja la tradición de la capital de Veracruz como un centro de alto consumo de café y de gran número de cafeterías, que proliferan por doquier como, toda proporción guardada y también por sus librerías, Barcelona, por poner un ejemplo. Se ve que es todo un éxito.
El único pero es que, si bien al parecer un pasillo techado está dentro de la propiedad particular del local, se ha obstruido con mesas y sillas lo que se ha convertido ya en un paso obligado de peatones, obligando a caminar por la parte descubierta con las consecuencias ahora que es temporada de lluvias en la ciudad. ¿Es que no habrá forma de que las autoridades municipales intervengan y concilien con los dueños para proteger los intereses ciudadanos?