La educación socialista

2013-05-22

México, por la complejidad y la riqueza de su historia, por su carácter único en el conjunto de América Latina y por haber llevado a cabo una revolución en el siglo XX, ha sido el objeto de estudio ideal para el análisis marxista y, especialmente, para el análisis socioeducativo gramsciano y althusseriano. La evolución de la política mexicana es lo que Gramsci llamaba una “guerra de posiciones”, desde la Casa del Obrero Mundial que vino a constituir el principio del sindicalismo revolucionario como sistema de lucha contra la burguesía.

Lázaro Cárdenas promovió la reforma al artículo 3° constitucional con una orientación socialista en la educación impartida por el Estado. Alentó la organizacion de sindicatos, la unidad y movilización obrera, y las huelgas. Hizo un reparto agrario amplio con los grandes latifundios y las viejas haciendas que habían sobrevivido a la Revolución, otorgados en forma de ejidos a decenas de miles de campesinos. En educación la tendencia socialista quizá fue débil e imprecisa, pero en cuanto a las escuelas privadas, el Estado tenía la facultad de conceder o no la autorización para su establecimiento, y podía revocar esa autorización sin que en contra procediera recurso legal alguno.

Con el veracruzano Gonzalo Vásquez Vela como Secretario de Educación federal, Cárdenas da un gran impulso a la educación superior. Crea el Consejo Nacional de la educación Superior e Investigación Científica, la Universidad Obrera, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Antropología y establece el Museo de Historia Nacional. Define mínimos en la asignación de recursos, multiplica el número de escuelas rurales e impulsa las escuelas regionales campesinas y las normales rurales. Son preferentes los proyectos que beneficiaban a los hijos de campesinos y obreros.

En este periodo se fortalecen los sindicatos como arma de defensa de los trabajadores, pero se instrumenta el esquema corporativo, basado en una política de masas que incorpora al sector obrero, campesino y popular. De los sindicatos magisteriales que se agruparon en esta época, se conformó al final del siguiente sexenio el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Con Ávila Camacho se echó marcha atrás al modelo socialista impulsado por Cárdenas y se concilió con la Iglesia, los sectores de la derecha y la burguesía nacional. Las políticas públicas educativas dieron un giro completo y se abandonó la educación rural (cuando más se requería sentar las bases culturales y educativas de una población mexicana netamente agrícola), bajo la consigna de propiciar el desarrollo de la industrialización y la implantación del proyecto de educación urbana con los estudios técnicos y superiores para los núcleos obreros que finalmente terminaron propiciando la oferta de mano de obra barata.

Las ideas de Antonio Gramsci fueron no sólo procurar comprender la realidad, sino, por sobre todo, transformarla. Educar es tratar de elevar a las masas al nivel de una cultura integral, en donde lo fundamental es la función que desempeñan los intelectuales. Elevar la conciencia crítica de las clases populares para que los individuos que la constituyen lleguen a adquirir una concepción superior de la vida. Maestro no es sólo el que enseña en la escuela, sino el que, representando la conciencia crítica de la sociedad, y teniendo en cuenta el tipo de hombre colectivo que se requiere, asume el papel de moderador entre la sociedad en general y la sociedad infantil en desarrollo.

Hacia 1950 el ideal era formar hombres moralmente buenos, pero la educación se convirtió en bandera política de los gobiernos en turno ajustándola a la idea que el momento exigía, pasando de proponer la conformación de una conciencia mexicana en torno a la unidad nacional, o la democracia o la solidaridad internacional, quedando la SEP como el aparato de control centralizado y el instrumento de homogeneización cultural e ideológica. Al terminar los años ochenta, el marxismo comenzó a perder vigencia y el magisterio nacional era víctima de la ideología oficial, acrisolada por el corporativismo.

FUENTES PRINCIPALES: “Historia de la educación pública en México”, Fernando Solana y otros, FCE/SEP, 1982; e “Historia de la educación en México”, José M. Villalpando Nava, Porrúa, 2009.

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